domingo, 26 de noviembre de 2023

DÍA 27. EL PURGATORIO Y EL VOTO EN FAVOR DE LAS ALMAS

DÍA 27

EL PURGATORIO,

Y EL VOTO EN FAVOR DE LAS ALMAS

 

 

MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA

Y PERFECCIÓN DE LA VIDA

A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS

D. Felix Sardá y Salvany

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.

 

DIA 27

EL PURGATORIO,

Y EL VOTO EN FAVOR DE LAS ALMAS

 

I

Este, este es el sufragio por excelencia con que podemos ayudar y favorecer a nuestras benditas prisioneras. Llámase voto de caridad heroica, porque realmente lo es y merece este tan subido calificativo. Consiste en un ofrecimiento o aplicación, que hace el fiel cristiano a las almas del Purgatorio, de todas las obras satisfactorias que haya practicado o pueda practicar en vida, o que a él puedan aplicarse después de su muerte, cediéndolo todo generosamente, abandonándolo todo con verdadera y absoluta donación, en manos de María Santísima, Reina del Purgatorio, para que lo reparta Ella entre las almas, a su real beneplácito. La Iglesia no sólo ha aprobado esta heroica cesión de bienes espirituales en su parte satisfactoria, sino que la ha enriquecido con especiales privilegios, para más y más fomentar su práctica entre los buenos cristianos. A este fin ha concedido gracia de altar privilegiado, en cualquier altar y todos los días del año, a los sacerdotes que hubieren hecho este voto. A los fieles en general, y en igual caso, ha concedido indulgencia plenaria, aplicable únicamente a los difuntos, cada vez que reciban los Santos Sacramentos de Confesión y Comunión, rogando por las acostumbradas intenciones del Pontífice. A los que no puedan comulgar, ha concedido indulgencia plenaria cada lunes que oyeren Misa en sufragio de las almas, y no pudiendo por legítimo impedimento oír dicha Misa el lunes, les concede ganar la referida indulgencia oyendo a igual intención la del domingo inmediato, aunque sea la que le sirve para cumplir el precepto. La Sagrada Comunión de que más arriba se habla, pueden conmutarla los confesores en otra obra de piedad, para los niños y las niñas que no han hecho aún la primera, o para los impedidos, por cualquier causa, de comulgar. Véase cuánta es la solicitud de la Iglesia en estimular a los fieles, para que se muestren así generosos con las almas del Purgatorio.

 

II

Vuestra dulce Madre, Soberano Redentor y Salvador mío, es llamada con razón la Reina del Purgatorio, por lo muy valioso y eficaz de su intercesión en favor de las benditas almas, y por lo que en su ayuda y alivio alcanzan continuamente sus fervorosos devotos. Las lágrimas y dolores de Ella fueron, con vuestra sangre divina, precio· de nuestra salud, que por algo se la llama con Vos Redentor, Corredentora. Fuéronlo sobre todo las derramadas durante aquellas luctuosas horas de soledad, en que privada de vuestra corporal presencia la celestial Señora, fresco el recuerdo de vuestros horribles padecimientos, no cesaba de suspirar, como tórtola herida, por el feliz instante de vuestra resurrección. Estas muy especialmente tomo hoy en mis manos y pongo en las vuestras para rescate de las almas del Purgatorio. Y os pido inspiréis a muchos corazones cristianos el santo propósito de colocar por medio del «voto de almas», todas sus obras satisfactorias en poder de tan buena depositaria. Con la seguridad de que nada perderán en ello los que tal hagan, sino que, al revés, hallarán, a la hora de la muerte, centuplicado en favor de la propia alma su pobre capital, en tan buen negocio colocado. Es como un ventajoso seguro sobre la vida, cuyos réditos, acumulados después de ella, nos permiten abrigar la más firme confianza, de no tener que padecer mucho en el Purgatorio, los que algo hayamos contribuido con nuestros propios haberes a sacar almas de él. ¡Oh, Señor y Jesús mío! Esta devoción, tan grata a vuestra Iglesia, no lo es sino porque ella la reconoce gratísima a vuestro adorable Corazón y al Inmaculado de vuestra Madre dulcísima. Sea de honra y provecho para Ella y para Vos y para nosotros tenerla por tan eficaz intermediaria en nuestras relaciones con las almas del Purgatorio. Amén.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.

***

En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:

5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.

 

Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. Amen.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.