jueves, 2 de noviembre de 2023

DÍA 3. EL PURGATORIO, EXIGIDO POR LA JUSTICIA DE DIOS

DÍA 3

EL PURGATORIO,

EXIGIDO POR LA JUSTICIA DE DIOS

 

MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA

Y PERFECCIÓN DE LA VIDA

A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS

D. Felix Sardá y Salvany

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.

 

Meditación diaria

DÍA 3

EL PURGATORIO,

EXIGIDO POR LA JUSTICIA DE DIOS

 

I

Es Dios suma justicia, y no ha de dejar sin la correspondiente expiación la menor culpa y sin el completo pago la menor deuda. Entrar en el cielo sin esta previa satisfacción la más esencial, por decirlo así, de sus atributos, es suponer un imposible. El cielo dejaría de ser la morada de los justos, el lugar de la absoluta perfección y pureza, si en él pudiesen tener lugar y asiento apropiado las leves o menos graves inmundicias de acá, que pueden afear hasta las almas más privilegiadas. Estas mismas rehusarían (dicen los contemplativos), entrar en el seno de Dios, viéndose así, más o menos manchadas, y preferirían verse eternamente privadas de los resplandores de la visión beatífica a aparecer ante la divina presencia, reas de culpas que saben habían de estar molestando siempre al objeto de su amor. Que, si es Dios celoso de los derechos de su inmutable justicia, no menos celosas quieren ser de ella las almas que verdadera y perfectamente aman a Dios, como le aman las almas bienaventuradas. He aquí, pues, expuesta una razón teológica del Purgatorio, que confirma las enseñanzas dogmáticas que acerca de él nos da la Revelación. ¿Qué puede oponer a eso la crítica protestante más refinada?

 

 

II

¡Señor y Dios mío! Justo sois, y todas vuestras obras (dice el Profeta), son justicia y verdad, y este vuestro atributo resplandece en la plena purificación que exigís a las almas esposas vuestras por la gracia, antes de admitirlas en el goce definitivo y eterno de vuestra soberana presencia. Así lo creo, y así lo profeso, como profesarlo y creerlo me manda vuestra Santa Iglesia católica, única verdadera. Y ahora, Señor y Jesús mío, por aquel amor que a las almas manifestasteis en la institución del Santísimo Sacramento en vuestra cena postrera, y por el dolor que ya desde entonces laceró la vuestra, conociendo las profanaciones y sacrilegios de unos y las irreverencias y tibiezas de otros, con que había de ser mal agradecida esta última inefable muestra de vuestra caridad, haced, Jesús mío, no sea del número de los que desprecian o no debidamente aprecian este soberano don, y no cuidan de satisfacer con él en favor de las almas del Purgatorio los derechos de vuestra justicia, que es otro de los frutos de la Santa Eucaristía. Os lo suplico, Señor y Padre mío, y que además apliquéis en sufragio de mis hermanos detenidos en el Purgatorio estos vuestros dolores y amarguras, para que les sean a ellos de alivio y de abreviación de sus penas en aquella cárcel de expiación. Amén.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.

***

En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:

5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.

 

Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. Amen.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.