miércoles, 15 de noviembre de 2023

DÍA 15. EL PURGATORIO Y LA POCA PACIENCIA EN LOS TRABAJOS

DÍA 15

EL PURGATORIO,

Y LA POCA PACIENCIA EN LOS TRABAJOS

 

MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA

Y PERFECCIÓN DE LA VIDA

A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS

D. Felix Sardá y Salvany

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.

 

DIA 15

EL PURGATORIO,

Y LA POCA PACIENCIA EN LOS TRABAJOS

 

I

Cristo nos quiere como El en cruz, y sembrada de cruces hemos de considerar que está para cada uno de nosotros la presente vida, para que nos ejercitemos mediante ella en el sufrimiento y en la paciencia. No se concibe de otro modo la perfección cristiana, si ha de tener alguna semejanza con el divino modelo que es un Dios crucificado. Así que la paciencia es virtud, no de consejo, sino de necesidad, y no obstante en .la vida del común de los cristianos, aun entre los muy dados a prácticas de piedad, son sobrado frecuentes las Impaciencias. Y las impaciencias, ¿qué son sino más o menos francas rebeldías contra la divina voluntad? He aquí porque son siempre otras tantas faltas, dignas de que las castigue severamente la justicia de Dios en las cárceles del Purgatorio. Veámoslo en nosotros mismos y no tardaremos en hallarnos reos de muchas de esas culpas. Nos mostramos impacientes en el trato con nuestros prójimos, por rarezas de su carácter o del nuestro; en las molestias del achaque o de la enfermedad; en las contrariedades de la fortuna; en los rigores o siquiera molestias del frío o del calor; en las fatigas de nuestro oficio o profesión; en lo que de nosotros se dice o deja de decirse. Todo nos es motivo de desazón y. desabrimiento, y no siempre es Dios quien nos envía la cruz, sino que muchas veces nos la labramos nosotros mismos, o por lo menos nos la agravamos con nuestra falta de resignación y de humilde conformidad. Allanarnos debiéramos a ella y abrazarla sumisos, v sería el modo de hacérnosla más suave llevadera. Y no lo hacemos así, sino que sobre su peso natural añadimos casi siempre el de nuestras impaciencias.

 

II

En el balcón de Pilatos, como en público tablado de espectáculos, os saca, Jesús mío, aquel mal juez a vista del pueblo judío, para ver si con vuestra lastimera figura logra excitar en él sentimientos de alguna compasión, y cesa de pedir vuestra muerte. Contemplo, al través de los cuajarones de ennegrecida sangre que obscurecen vuestro rostro santísimo, la dulzura de vuestros divinos ojos que se fijan en aquel ingrato pueblo, reflejando sobre él toda la mansedumbre e invencible paciencia de vuestro Corazón amorosísimo. Ni se turban ni se estremecen, al resonar en la anchurosa plaza el vocerío popular, que contesta con nuevos ritos de muerte al Ecce Homo de Pilatos. ¡Siempre paciente, Señor, y siempre modelo de inalterable serenidad y paciencia! Corregid y refrenad con los movimientos de vuestra gracia los tan desarreglados de mi corazón. Hacedlo como el vuestro, manso y humilde, para que sea como el vuestro, resignado y paciente, y no mohíno y malhumorado. Dadme el soberano don del conocimiento propio, que es el fundamento de la humildad, que lo es a la vez de la paz interior y de la paciencia. No puede dejar de ser sufrido con todos el que reconoce los mil motivos que da cada día para que le sufran los demás. Ni puede menos de tener paciencia, el que considera cuanta paciencia ha debido tener con él Dios, Nuestro Señor. Haced, Jesús mío; que con repetidos actos de esta virtud pueda expiar las mil faltas que contra ella he cometido y satisfacer desde ahora por los de mis hermanos del Purgatorio. Amén.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.

***

En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:

5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.

 

Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. Amen.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.