domingo, 29 de noviembre de 2015

ORACIÓN A SAN LUIS GONZAGA COMO PROTECTOR DE LA CASTIDAD Oración del beato Bernardo de Hoyos


ORACIÓN A SAN LUIS GONZAGA COMO PROTECTOR DE LA CASTIDAD
Oración del beato Bernardo de Hoyos
Santísimo Luis Gonzaga, ejemplar admirable de espíritus angélicos y almas castas, abogado poderosísimo y protector glorioso de la castidad, cuyo singular patrocinio alcanzasteis por vuestra angelical pureza, por la cual también merecisteis ser adoptado por hijo especialísimo y singularmente amado de la Virgen de las vírgenes, Madre de la castidad y Reina de la pureza, María Santísima: yo, Bernardo Francisco de Hoyos, de la Compañía de Jesús, y hermano vuestro, aunque indigno, fidelísimo y amantísimo, os acojo hoy en presencia de mis dulcísimos amores, Jesús y María, y de toda la corte celestial por abogado, patrón y a protector especialísimo y ángel custodio de mi castidad, la cual encomiendo desde hoy para todo el discurso de mi vida a vuestro cuidado, protección y patrocinio. Y os pido, dulcísimo hermano y protector mío, con todas las veras de mi corazón, recibáis y aceptéis benignamente esta ofrenda y sacrificio que os hago de mi castidad, la cual tengo ya consagrada con especial voto al mismo Dios, y que me la guardéis pura e inmaculada, y me defendáis de todos los peligros de perder tan inestimable joya. Y no teniendo que ofreceros en recompensa otra cosa que el corazón, del cual no puedo disponer por no tener dominio alguno sobre él, ni ser cosa mía sino del divino Corazón de Jesús, a quien le tengo ofrecido y consagrado, y de mi dulcísima Madre María Santísima, a quien también le tengo dedicado como a madre, con entero desapropio y perfecta renunciación de mí mismo y de todas mis cosas y de todo cualquier derecho que pudiera tener sobre ellas; con todo eso, del modo que me es posible, con licencia del sagrado Corazón de Jesús y de nuestra dulcísima Madre María Santísima, os lo entrego, dedico y consagro a vos también con un afecto cordialísimo y voluntad sincera de serviros y agradaros en cuanto fuere posible. Y pues no me queda otra recompensa, os ofrezco el procurar imitar vuestras virtudes y ejemplos prodigiosos, con todas las mayores veras de mi espíritu, que es el obsequio que me persuado os será más grato y apacible: y por señal de este mi deseo, os prometo celebrar todos los años vuestra fiesta con especial afecto.
En testimonio de lo cual doy ésta, firmada de mi nombre, que sirva de auténtica obligación mía, de prenda de vuestro patrocinio, y de monumento eterno de mi gratitud. Valladolid, y Junio hoy 21, día de vuestra fiesta, de I733. Hermano y pupilo vuestro amantísimo en el Corazón de IHS. Bernardo Francisco de Hoyos”.