Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Con textos de las Cartas de San Pablo meditamos el rosario de hoy que ofrecemos por el eterno descanso de nuestros familiares, amigos y bienchores difuntos, y especialmente por las almas más necesitadas del purgatorio.
*** Después de cada misterios se puede añadir:
V/. Requiem aeternam dona eis, Domine.
R/. Et lux perpetua luceat eis.
V/. Requiescant in pace.
R/. Amén.
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V/. Dales, Señor, el descanso eterno.
R/. Y brille para ellos la luz perpetua.
V/. Descansen en paz.
R/. Amén.
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Señor
mío Jesucristo…
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración
de Jesús en el Huerto
“Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios
de toda consolación, el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que
nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el
consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.” 2 Cor 1, 3-4
2. La
flagelación de Jesús atado a la columna.
“Soportaos
unos a otros y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la
manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Sobre todo,
vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.” Col 3, 13-14
3. La
coronación de espinas
“En
nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios! Al que no conoció pecado,
le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.”
2 Cor 5, 20-21
4. Nuestro
Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“El
amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es
jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no
se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia,
sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta. El amor no pasa nunca.” 1 Cor 13, 4-8
5. La
crucifixión y muerte del Señor
“Como
escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad,
humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos
unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros.” Col 3, 12-13