viernes, 27 de noviembre de 2015

EL ROSARIO DE HOY EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a la religiosa Hija de la Caridad, Santa Catalina Labouré, para manifestarle su deseo de “ayudar a los hijos que me imploran protección –dijo la Virgen-. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan". La Virgen le entregó también una medalla con la siguiente promesa: “Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen".
Señor mío Jesucristo… 
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Madre mía amantísima, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí, miserable pecador; y que en las horas de sufrimiento y angustia sienta tu protección y tu consuelo. Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.”.
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Acueducto de las divinas gracias, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, concededme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados y mortificar mi cuerpo y mis sentidos como respuesta amorosa a la misericordia divina. Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.”
3. La coronación de espinas
“Reina de cielos y tierra, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos y dame la gracia de apartarme siempre de los malos pensamientos y deseos. Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos”       
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Inmaculada, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación y la fuerza para aceptar y llevar la cruz de cada día. Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.”
5. La crucifixión y muerte del Señor

“Abogada y refugio de nosotros pobres pecadores, Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, asistidme en el trance de la muerte y abridme las puertas del cielo. Que en la hora de mi muerte sea confortado con los sacramentos de la Iglesia y que en mis labios estén siempre tu dulce nombre y el de tu Hijo Jesús. Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.”