grande e ilustre defensora de la Iglesia.
Admirable Auxiliadora de los cristianos.
Terrible contra los enemigos del alma como un ejército en orden de batalla.
Tú que has triunfado de las herejías y de los errores del mundo,
consuélanos en nuestras angustias.
Fortalécenos en nuestra lucha.
Asístenos en los momentos difíciles.
Protégenos contra los adversarios de la salvación
y a la hora de la muerte llévanos al gozo eterno del paraíso. Amén.