EL VERDADERO DESCANSO
Entonces, alma mía, entrarás en tu
descanso, cuando te entrañes con este Sumo Bien y entiendas lo que entiende, y
ames lo que ama, y goces lo que goza. Cuando veas ya perdida tu mudable
voluntad, y sin posibilidad de cambio; porque la gracia de Dios ha podido tanto
que te ha hecho partícipe de su divina naturaleza; con tanta perfección que ya
no puedas ni desees poder olvidarte del sumo Bien, ni dejar de gozarle junto
con amor (E 17).