ilumina mis ojos para que vea que debo llegarme a ti,
asegura mis pasos hacia ti para no desviarme del camino,
abre mi boca para que pueda hablar de ti.
Tú que me otorgaste el querer,
el hablar tus maravillas de cualquier modo que me sea posible.
Y, porque el amor al prójimo va unido al amor a ti,
concédeme poner en práctica
lo que le sea provechoso
para que le instruya en su salvación
y ceda en alabanza y gloria de tu nombre.