Santo Rosario.
Por la
señal...
Monición inicial: Se hace hoy memoria de san Antonio María Pucci, sacerdote de la Orden de
los Siervos de María, el cual, párroco durante casi cincuenta años, se dedicó
sobre todo a atender a los niños pobres y enfermos . Murió en 1892. Con algunas
de sus enseñanzas meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La
encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.
“¿Qué hace entonces el buen pastor
Jesús? Deja a las noventa y nueve en el desierto para ir a la búsqueda de la que
se había perdido; es decir, él abandona la compañía de los coros celestiales y,
para salvar el género humano perdido, desciende en el seno virginal de María.”
2.-La
Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
“.”“¿Dónde está esa caridad fraterna,
que no hace alarde por los honores, que no se turba por las humillaciones, que
no conoce competencias y envidias, que no busca sus propios intereses, sino que
sacrifica el interés privado en favor del bien común; esa caridad, en fin, que
es benigna, es paciente, que todo lo soporta, todo lo espera, y que no pasará
jamás, ni en las más duras pruebas en que se encuentre, no digo entre los
seglares, sino también entre los que han jurado a los pies del santo altar de
seguir más de cerca al Dios de la paz y de la caridad?.”
3.-El
nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“Jesucristo vino al mundo, como Él se
expresa en el santo Evangelio, non ministrari, sed ministrare, así nosotros
entramos en la Religión no para mandar, no para tener las cosas según nuestra
manera, no para gozar sino para obedecer, para trabajar, para sufrir
continuamente, llevando la vida del religioso a conformarse a la de nuestro
divino Redentor..”
4.-La
purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
"Si nosotros con serenidad y sin
pasión buscamos nuestro propio corazón, encontraremos lamentablemente algo de
que reprocharnos, y mucho, o más bien muchísimo de que humillarnos y
confundirnos."
5.- El
niño Jesús perdido y hallado en el templo
“El amor de Dios, amor
al prójimo: he aquí la plenitud de la perfección cristiana. En estos dos
preceptos se contiene todo lo que debe hacer un cristiano, si quiere alcanzar
la vida eterna.”