«Haz, Señor que me mantenga siempre fiel
a lo que profesé en el símbolo de mi regeneración,
cuando fue bautizado en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.
Que te adore, Padre nuestro, y junto a ti a tu Hijo;
que sea merecedor de tu Espíritu Santo, que procede de ti a través de tu Unigénito. Amén»
«De Trinitate» 12, 57