ORACIÓN AL DIVINO ESPOSO
¡Oh, Jesús mío, y quién pudiese dar a entender la ganancia que hay en
arrojarnos en los brazos de este Señor y hacer un compromiso con El y decir con
la esposa: mi Esposo para mí y yo para mi Amado! Ya yo veo cómo, Esposo mío,
que Vos sois para mí; no lo puedo negar: por mí vinisteis al mundo, por mí
pasasteis tan grandes trabajos, por mí sufristeis tantos azotes, por mí os
quedasteis en el santísimo Sacramento, y ahora me hacéis grandísimos regalos
(Mdt C 4, 6).