lunes, 12 de enero de 2015

MARÍA NOS ACOGE COMO HIJOS, NOS AMA Y NOS PROTEGE. San Antonio María Pucci

María no sólo es poderosísima para conseguirnos todo de Dios, sino que quiere además quiere impetrarlo todo por nosotros con su intercesión, porque es nuestra madre que nos ama muchísimo. Es nuestra madre: madre clemente, madre piadosa, y nosotros somos sus hijos, que mucho le costamos, porque ella nos dio a luz en las cimas ensangrentadas del Calvario, entre penosas angustias y sufrimientos crueles. Sí, en el Calvario, Jesús agonizando nos encomendó a María su madre en la persona del Juan (cf Jn 19, 25-27), y a ella nos dejó como hijos; y ella nos aceptó como hijos suyos y como tales nos ama, nos mira y nos defiende; y como tales aleja de nosotros lo que puede dañarnos; calma nuestras penas y destila en nuestros corazones amargados el dulce bálsamo de las celestiales consolaciones.
Por lo tanto, ¿estamos oprimidos por las enfermedades? Acudamos a María, que es ‘salud de los enfermos’, y pronto quedaremos sanos. ¿Estamos en la angustia, en la tribulación? Acudamos a María que es llamada ‘consoladora de los afligidos’, y ella nos consolará.

¿Estamos en el pecado, o en el peligro de pecar? Acudamos a María, que es llamada ‘refugio de los pecadores’, y ella nos sacará del pecado, y nos librará de los peligros. ¿Necesitamos algunas gracias? Acudamos a María, que es llamada ‘auxilio de los cristianos’ y ella nos proveerá en nuestras necesidades. ¿Tenemos miedo tal vez de ser rechazados por ella? No temamos, hermanos, porque en María no hay nada de inflexible, sino que todo en ella inspira gracia y amor. En ella todo es dulzura, piedad y misericordia.