DAD LUZ
SEÑOR A ESTAS TINIEBLAS
Mirad, mi Señor, mis deseos y las lágrimas con que esto os
suplico, y olvidad mis obras por quien vos sois, y tened lástima de tantas
almas que se pierden. Y favoreced a vuestra Iglesia: No permitáis ya más daños
en la
Iglesia , Señor, dad luz a estas tinieblas (CE 4, 3).