EN NOMBRE DEL BUEN JESÚS
Seamos nosotras, hijas, aunque es
atrevimiento siendo las que somos; mas, confiadas en que nos manda el Señor que
pidamos, en cumplimiento de esta obediencia y en nombre del buen Jesús,
supliquemos a Su Majestad que, ya que no le ha quedado nada por hacer
concediendo a los pecadores tan gran beneficio como éste, quiera Su Majestad
poner remedio para que no sea tan maltratado (C 35, 3).