ORACIÓN A LOS
BIENAVENTURADOS
¡Oh almas que ya gozáis sin temor de vuestro gozo
y estáis siempre embebidas en alabanzas de mi Dios! Venturosa fue vuestra
suerte. ¡Qué gran razón tenéis para ocuparos siempre en estas alabanzas y qué
envidia os tiene mi alma, porque estáis ya libres del dolor que dan las ofensas
tan grandes que en estos desventurados tiempos se hacen a mi Dios, y de ver
tanta ingratitud, y de ver que no se quiere ver esta multitud de almas que se
lleva Satanás! ¡Oh bienaventuradas almas celestiales!; ayudad nuestra miseria y
sednos intercesoras ante la divina misericordia para que nos de algo de vuestro
gozo y reparta con nosotros ese claro conocimiento que tenéis.