domingo, 3 de noviembre de 2024

RECIBE CON GOZO EL PADRE AL HIJO PRÓDIGO. LUNES DE LA VIGESIMOCUARTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


RECIBE CON GOZO EL PADRE AL HIJO PRÓDIGO.

LUNES DE LA VIGESIMOCUARTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO  DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

LUNES DE LA VIGESIMOCUARTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

RECIBE CON GOZO EL PADRE AL HIJO PRÓDIGO.

 

1.- Aun estando lejos, vióle su padre, y movido a misericordia se echó sobre su cuello y le besó (1). Considera; aquí la benignidad de Dios para contigo, pecador. No echa en cara al hijo sus malas costumbres el que ve y ama el corazón contrito y humillado. ¡Qué confianza y amor debe excitar en ti tanta benignidad y misericordia! Tal, que primero quieras sufrir todos los tormentos del mundo, y una muerte infame, que apartarte ya más de Aquel, que volviendo tú, te recibió tan benignamente.

2.- Dijo pues el padre a los criados: Traed presto el mejor vestido (2) de la gracia justificante; y ponedle en su mano el anillo en señal de la libertad de hijo de Dios, y zapatos de verdadera nobleza delante del mismo Dios en sus pies, o en sus afectos, con que se refrenen. Y traed un becerrillo grueso, Cristo en la Eucaristía; y hágase un convite. ¡Repara cuánto gozo muestra Dios sobre ti, pecador, cuando haces penitencia ¡Ah! no quieras privarle de tanto gozo, volviéndote a los cerdos inmundos.

3.- Estaba a este tiempo su hijo mayor en el campo: y al venir oyó música, y preguntó que era aquello (3) Dijéronle que su hermano había vuelto, y que por eso había banquete y fiesta. El indignado no quería entrar en casa hasta que fue rogado y persuadido del padre. Considera aquí, no la envidia de los justos, de que carecen, sino la grandeza del amor con que recibe Dios al pecador que se vuelve a Él, que es tal, que a los justos podía causar envidia. Y esfuérzate a tener confianza de llegarte siempre a Él cuantas veces pecares aún levemente; porque tiene una voluntad muy grande de recibir a los pecadores penitentes. Para satisfacer el padre al hijo mayor, le dice: Tú siempre estás conmigo: todas mis cosas son tuyas. Esta es la herencia de los justos estar con Dios, y participar con Él los bienes celestiales. ¡Oh que consuelo! Tú siempre estás conmigo. ¡Oh que felicidad! Todas mis cosas son tuyas. Y ¿quién querrá apartarse de tan buen Padre?

 

(1) Luc., 15. (2) Ibid. (3) Luc., 15.

 

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.