sábado, 16 de noviembre de 2024

LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO. DOMINGO XXVI DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO.

DOMINGO XXVI DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO  DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

DOMINGO XXVI DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO.

 

1.- Jesús, pues, luego que la vio llorar, gimió conmovido en su espíritu, y lloró. Dijeron al verlo (los judíos): Mirad como le amaba (1). De unas pocas lágrimas que derramó Cristo por Lázaro coligen los judíos el amor grande que le tenía, el cual aún no lo alcanzaban bien, aunque lo admiran. Mayores cosas hizo Jesucristo por ti: derramó su sangre, dio su vida, dióse a sí mismo en la santísima Eucaristía. ¿Y aún no penetras su amor? Si lo alcanzaras, le amarías en retorno, no de palabra, sino de obra. Esto, si lo reparas, no lo muestras como debes; porque ¿cuáles son tus obras?

2.- Dice Jesús: Quitad la piedra (2). Lo que se hace en la resurrección de Lázaro es el modelo de lo que se ejecuta y debes hacer para levantarte de tu vida imperfecta. Se ha de quitar la piedra y todo afecto que te impide el levantarte. Podía Jesús quitarla con una palabra sola; pero te manda que tú la apartes, porque quiere tu cooperación. Tú bien quisieras que Dios por sí solo te hiciera santo, sin tener tú dificultad alguna. Dícele María: Señor, ya está hediondo, porque tiene cuatro días de enterrado. Reconozco el hedor de mis imperfecciones y de mis pecados en que estoy sepultado, no por cuatro días, sino por muchos años. Pero ¡cuán bueno es Jesús! No se ofende de mi hedor para dejar de resucitarme. ¡Miserable de mí si no fuera tan grande su bondad!

3.- Levantaron, pues, la piedra (3). En las circunstancias de lo que obró Cristo al resucitar a Lázaro y de éste, resucitado, reconoce lo que en ti se obra para que resucites. Lo primero, pues, quitaron la piedra, porque se ha de dejar la dureza del corazón y el afecto que hay obstinado. 2. Levanta los ojos al cielo, porque el pensamiento de las cosas terrenas se ha de convertir a las celestiales. 3. Clama con grande voz, porque quiere ser oído, para que obedezcas a sus inspiraciones. 4. Sale Lázaro atado de pies y manos, porque aún después de mil propósitos, con que parece que te levantas, subsisten vivos en ti tus malos hábitos. Pero de éstos se dice: Desatadle, para que trabajes seriamente por librarte de ellos.

 

(1) Joan., 11. (2) Ibid. (3) Ibid.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.