miércoles, 16 de noviembre de 2022

DÍA 17. DEL NÚMERO DE LOS PECADOS

DÍA 17. DEL NÚMERO DE LOS PECADOS

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ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

 

Ejercicio de Preparación para una buena muerte extractado de los textos de San Alfonso María de Ligorio

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, hagamos un acto de contrición, reconociéndonos pecadores:

 

Señor mío Jesucristo,

Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío.

Por ser Vos quien sois, Bondad infinita,

y porque os amo sobre todas las cosas,

a mí me pesa de todo corazón haberos ofendido.

También me pesa porque podáis castigarme

con las penas del infierno.

Ayudado de vuestra divina gracia

propongo firmemente nunca más pecar,

confesarme y cumplir la penitencia

que me fuera impuesta. Amén

 

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DÍA 17

DEL NÚMERO DE LOS PECADOS

 

Por cuanto la sentencia no es proferida

luego contra los malos, los hijos de los hombres

cometen males sin temor alguno. Eclo 8, 2

 

Si Dios castigase inmediatamente a quien le ofendiese, no se viera, sin duda, tan ultrajado como se ve. Mas porque el Señor no suele castigar enseguida, sino que espera benignamente, los pecadores cobran ánimos para ofenderle más.

Preciso es que entendamos que Dios espera y es pacientísimo, más no para siempre; y que es opinión de muchos Santos Padres que, basándose en la divina Escritura, así como Dios tiene determinado para cada hombre el número de días que ha de vivir y los dones de salud y de talento que ha de otorgarle (Sb 11, 21), así también tiene contado el número de pecados que le ha de perdonar.

La misericordia del Señor es infinita. Dios perdona los pecados, mas no puede perdonar la voluntad de pecar...

Refiere San Gregorio que un niño de cinco años, por haber dicho una blasfemia, fue enviado al infierno. Y según la Virgen Santísima reveló a la bienaventurada Benedicta de Florencia, una niña de doce años, por su primer pecado, fue condenada.  La medida que usa Dios para perdonar los pecados no es igual para todos y debemos adorar sus inefables juicios diciendo con san Agustín: «Él sabe a quién ha de perdonar y a quién no. A los que se concede misericordia, gratuitamente se les concede, y a los que se les niega, con justicia les es negada».

Hijo, ¿pecaste? No vuelvas a pecar otra vez. Ve lo que te advierte Nuestro Señor, porque desea salvarte: «No me ofendas, hijo, nuevamente, y pide en adelante perdón de tus pecados». De suerte que, cuando sintieres la tentación, has de decirte: ¿Quién sabe si Dios no me perdonará más y me condenaré? ¿qué certidumbre tengo de que, volviendo a pecar, sentiré luego verdadera contrición y no volveré a la culpa aborrecible?

 

AFECTOS Y SÚPLICAS

¡Oh, Dios mío! Os doy ferventísimas gracias. ¡Cuántas almas hay que, por menos pecados que los míos, están ahora en el infierno, y yo vivo aún fuera de aquella cárcel eterna, y con la esperanza de alcanzar, si quiero, perdón y gloria!... Sí, Dios mío; deseo ser perdonado. Me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido, porque injurié a vuestra infinita bondad.

¡Oh, buen Jesús! Si me hubieseis enviado la muerte en aquel instante en que pequé, ¿qué hubiera sido de mí? Agradezco con todo mi corazón vuestra clemencia en esperarme y en darme a conocer mi locura. Conozco que deseáis salvarme, y yo me quiero salvar.

Heme aquí, Señor, a vuestras plantas. No merezco perdón, Redentor mío, pero la Sangre preciosísima que por mí derramasteis me veo alentado y aún me obliga a esperarle... De hoy en adelante Vos seréis mi esperanza, mi fortaleza, y así lo podré todo (Fil 4, 13).

A Vos, ¡oh, María!, os pido vuestro auxilio e intercesión; amparadme bajo vuestro manto, haced que os invoque siempre en la tentación y vuestro dulcísimo Nombre será mi defensa.

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PARA FINALIZAR CADA DÍA

 

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María, descanse en vos el alma mía.

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

También pueden utilizarse SÚPLICAS FINALES A JESÚS CRUCIFICADO  PARA OBTENER LA GRACIA DE UNA BUENA MUERTE http://misagregorianatoledo.blogspot.com/2022/10/suplicas-jesus-crucificado-para-obtener.html?m=1