martes, 8 de noviembre de 2022

EL QUE ADMIRA CON RELIGIOSA CARIDAD LOS MÉRITOS DE LOS SANTOS DEBE ESFORZARSE EN IMITAR SU SANTIDAD DE VIDA Y SU JUSTICIA. San Juan Crisóstomo

 


EL QUE ADMIRA CON RELIGIOSA CARIDAD LOS MÉRITOS DE LOS SANTOS DEBE ESFORZARSE EN IMITAR SU SANTIDAD DE VIDA Y SU JUSTICIA. San Juan Crisóstomo

 

Sermón de S. Juan Crisóstomo.

Sermón sobre la imitación de los Mártires.

El que admira con religiosa caridad los méritos de los santos y celebra con frecuentes alabanzas las virtudes de los justos, debe esforzarse en imitar su santidad de vida y su justicia; porque si se complace en el mérito de algún santo, ha de complacerse, a semejanza suya, en consagrarse fielmente al servicio de Dios. Debe, o bien imitarle si le alaba, o abstenerse de alabarle si renuncia a imitarle, de suerte que el que alaba a otro se haga digno de alabanza, y el que admira los méritos de los santos se haga admirar por su santidad. Porque, si amamos a las almas justas y fieles por su justicia y su fe, pensemos que podemos llegar a ser lo que ellas son, si practicamos lo que ellas practicaron.

No ha de ser difícil imitar sus acciones. Tengamos en cuenta que los primeros Santos no podían imitar a los demás; y con todo, se ofrecen como modelos; como dechados de virtudes; aprovechándonos nosotros de sus ejemplos, y los demás de los nuestros, es como Jesucristo es glorificado sin cesar en la santa Iglesia en sus servidores. Vemos que ya desde el principio del mundo, el inocente Abel sufrió la muerte, Henoch fue arrebatado de esta tierra por haber agradado a Dios, Noé fue hallado justo, Abrahán probado y reconocido fiel, Moisés se distinguió por su mansedumbre. Jesús fue casto, David bondadoso, Elías agradable al Señor, Daniel piadoso, y los tres compañeros alcanzaron la palma de la victoria.

Los Apóstoles, discípulos de Cristo, fueron hechos maestros de los creyentes; instruidos por ellos, lucharon los valientes Confesores, vencieron los Mártires consumados en la perfección, y son legión los cristianos que rechazan al diablo con las armas de Dios. Semejantes por sus virtudes, se distinguen por sus combates, mas todos gloriosos por sus triunfos. Por donde tú, cristiano, te serías como un soldado delicado en exceso si pensaras vencer sin lucha o triunfar sin combate. Despliega tus fuerzas, pelea con valor, lucha en la presente refriega. Estás ligado por un pacto, por unas condiciones, a una milicia; por el pacto con que te obligaste, por las condiciones a que te sometiste, a la milicia en que te incorporaste.