14 de septiembre
EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
Dom Prospero Gueranger
SENTIDO DE LA FIESTA DE LA CRUZ. —- “Hermanos, temed en vosotros los mismos sentimientos que Cristo Jesús: el cual, poseyendo la forma de Dios, no creyó que era una rapiña el ser igual a Dios, sino que se anonadó tomando la forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres, y mostrándose en lo exterior como hombre. Se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
Estas palabras del Apóstol, que leemos en la Epístola de la Misa, nos dan el sentido de la fiesta que celebramos hoy. Los términos de siervo y de cruz, cierto que son para nosotros palabras corrientes: han perdido el sentido infamante que en el mundo antiguo, antes de la era cristiana, tenían: los destinatarios de San Pablo debieron comprender, mejor que nosotros, todo su horror y en consecuencia, apreciar también mejor hasta qué abismos se había bajado Cristo en su encarnación y su muerte de Cruz.
EL SUPLICIO DE LA CRUZ. — Los antiguos ¿no consideraban a la Cruz “como el suplicio más infamante y más terrible”? Con frecuencia se veía a un ladrón o a un esclavo clavado en la cruz; lo que podemos conocer nosotros de un modo indirecto sobre ese suplicio, nos permite apreciar un poco mejor todo su horror. El crucificado agonizaba lentamente; la asfixia producida por la extensión de los brazos en alto le ahogaba, y era atormentado por las calambres de sus nervios en tensión.
EL CULTO DE LA CRUZ. — Cristo padeció este suplicio espantoso por cada uno de nosotros. Con un amor infinito ofreció al Padre el sacrificio de su cuerpo extendido en la Cruz. Este instrumento de suplicio, objeto de infamia hasta entonces, se convierte en gloria para los cristianos: San Pablo sólo se gloría en la cruz del Señor, en la que está nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección, la cual nos ha hecho libres y salvos.
El culto de la Cruz, como instrumento de nuestra redención, logró una gran extensión en la Iglesia cristiana. La Cruz es adorada y recibe homenajes que ninguna otra reliquia recibe; además las fiestas de la Santa Cruz revisten especial esplendor. El acontecimiento feliz del hallazgo de la Cruz ya fué festejado el 3 de mayo (Invención de la Santa Cruz): hoy celebra la Iglesia la fiesta de la Exaltación de la Cruz, cuyo origen es bastante complejo, pero su historia nos facilitará precisar el objeto.