Santo Rosario.
Por la señal...
Señor
mío Jesucristo…
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas
purísimas de la Virgen María.
“El Señor Dios le dará el trono de David su
padre, reinara sobre la casa de David, su padre, y su reino no tendrá fin.”
Por
la aceptación de Nuestra Señora, desposada con José de la estirpe de David, se
realizó el misterio admirable de la Encarnación: Dios Creador, Rey de cielos y
tierra, se hace hombre en su seno. Se cumple así la promesa hecha a David: Tu
trono durará por siempre.
Adoremos tan
gran misterios y démosle gracias a la Virgen por la cual ha venido a nosotros
el Príncipe de la Paz.
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa
Isabel.
“Derriba del trono a los poderosos y
enalteces a los humildes.”
El
Reino de Cristo es el reino de los humildes, de los que se reconocen pequeños
ante Dios, de los hambrientos de amor y justicia; por eso Cristo Rey es
despreciado por los soberbios de corazón, por los ricos, por poderosos de este
mundo.
Pidamos que como
a Isabel y a Juan, nosotros acojamos a María y al fruto bendito de su vientre,
al Rey de Reyes, en nuestras vidas.
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“Los magos de Oriente, entraron en la casa,
vieron al Niño con María, su Madre, lo
adoraron.”
El
hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, solo ha de arrodillarse ante él. Arrodillarse
ante Cristo Rey nos hace más hombres, y nos dignifica más; porque reconocemos
en justicia que no nos pertenecemos y somos suyos.
Pidamos que el
ponernos de rodillas físicamente durante los momentos de oración sea expresión
verdadera de nuestra actitud interior: adorar y amar a Dios con toda nuestro
corazón, alma y mente.
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del
Niño Jesús en el templo
“Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levante;
y será un
signo de contradicción.”
El
Reino de Cristo ha sido inaugurado. El hombre ya no puede quedar indiferente: o
estar con él o estar contra él. Aceptarlo o rechazarlo.
Pidamos por
tantos que rechazan o viven indiferentes hacia Jesús esclavos del pecado y de
su propio yo; para que como el Anciano Simeón, reconozcan en Jesús al Salvador:
luz de las naciones y gloria de Israel.
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
“Jesús bajo con ellos a Nazaret y les estaba
sujeto.”
Si
es admirable que el Verbo siendo Dios, se hiciese hombre; todavía es más
sorprendente, que Aquel por cuya palabra fueron hechas todas las cosas y a
cuyas órdenes obedecen los ángeles, se someta a la autoridad de sus criaturas.
Dios no enseña nuevamente que abajándose, obedeciendo, escogiendo el camino de
los humildes, como somos engrandecidos y exaltados.
Pidamos la
gracia de comprender y vivir tan gran lección del Hijo Eterno de Dios, y
sometámonos los unos a los otros con mansedumbre y humildad.