Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: El trece de julio de 1893 entregaba su alma a Dios el beato Fernando
María Baccilieri, presbítero, que consagró su vida a la formación, bajo todos
los aspectos, del pueblo que se le había encomendado, y fundó la Congregación
de las Siervas de María, cuya misión es ayudar a las familias pobres y, sobre
todo, a la formación de las jóvenes. Con algunos de sus pensamientos meditamos
el rosario de hoy.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas
purísimas de la Virgen María.
“Queridas
hijas, la Divina Bondad os ha privilegiado entre tantas jóvenes, con la gracia
de la santa vocación, y os ha querido Esposas y Siervas de su Madre, Hija y
Esposa.”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa
Isabel.
“Es
preciso trabajar, no pensar en el bien hecho, sino en aquello que queda por
hacer.”
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“La
oración beneficia al silencio, y el silencio a la oración.”
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del
Niño Jesús en el templo
"Era
madre, y era suficiente, María era madre de un Hijo único, de un Hijo de Dios,
y ella lo sabía. Era madre de un tal Hijo que, entre todas las mujeres, ella
había elegido por su madre; madre de un Hijo que la había ausentado de toda
mancha en la concepción, de todo dolor en el parto; madre de un Hijo del cual
había recibido todo su don, todo su bien. Lo amaba con amor materno, cuanto una
madre pueda amar a un hijo, del cual jamás ha recibido ninguna desobediencia,
ni alguna molestia, sino más bien pura consolación. Lo amaba con amor de
agradecimiento como a una persona, infinitamente beneficiada de alguna cosa,
puede amar su liberalísimo, cordialísimo bienhechor. Lo amaba con amor de
caridad, cuanto una creatura puede amar a su Creador, su Dios. Sin embargo,
María amando así entrañablemente su divino Hijo, ¿quién puede explicar cuanto
fuese, entonces, su dolor?"
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
“Para
que el amor sea verdadero y real conviene, dicho así, que tenga dos
naturalezas: el gran deseo de tener cerca a la persona amada y el gran deseo de
vivir en el corazón de la persona amada, cosa que hace de los dos amantes una
sola.”