sábado, 18 de marzo de 2017

EL ROSARIO DE HOY CON SAN CIRILO DE JERUSALÉN



 Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial:  San Cirilo, obispo de Jerusalén y doctor de la Iglesia vivió en el siglo IV y sobresalió por la exposición ortodoxa de la fe, las Sagradas Escrituras y los misterios del cristianismo.  Sufrió muchas injurias por parte de los arrianos y fue expulsado con frecuencia de su sede episcopal.
Por medio de la Virgen Eva entró la muerte; era necesario que por medio de una virgen, es decir, de la Virgen, viniera la vida...".
Señor mío Jesucristo...  
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.
“Cree también que el unigénito Hijo de Dios descendió del cielo a la tierra  por causa de nuestros pecados, asumiendo nuestra humanidad, sujeta a las  mismas debilidades a las que nosotros estamos sometidos; que nació de una  santa Virgen, y por obra del Espíritu Santo. Esta humanidad la asumió, no  según una apariencia o mediante algún tipo de ficción, sino de modo  verdadero. Ni a través de una virgen, como arrastrado a lo largo de un canal,  sino habiéndose encarnado verdaderamente desde ella (y verdaderamente  alimentado de ella con leche), comiendo y bebiendo además verdaderamente  como nosotros. Porque si la asunción de la naturaleza humana fue un  fantasma (y un engaño visual), también la salvación habría sido un engaño..”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
“El Señor tomó de nosotros lo que es semejante a nosotros, para llevar la salvación a la naturaleza humana.  Asumió nuestra semejanza para conceder una mayor gracia a lo que se encontraba en situación deficiente y para que la naturaleza humana pecadora se hiciese partícipe de Dios.”

¿Eres capaz de llevar las almas de los oyentes a la  fe? (cf. Hech 2,42). Hazlo diligentemente. Muchas son las posibilidades de administrar bien. Tanto como para que ninguno de nosotros sea arrojado a la condenación, sino que corramos con confianza al encuentro de Cristo, rey eterno, que reina por los siglos.
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“De una virgen nació quien hizo las almas vírgenes.”
Corramos todos por la gracia de Dios la carrera de la castidad, «los jóvenes y  las doncellas, los ancianos junto con los niños» (Sal 148,12), no siguiendo la  lascivia, sino alabando el nombre de Cristo. No ignoremos la gloria de la pureza,  pues se trata de una superioridad angélica y de una tarea que va más allá del  hombre: respetemos los cuerpos, que en su momento lucirán como el sol. No  manchemos con tan bajas pasiones un cuerpo tan digno. El pecado es algo  pequeño y que sólo dura un tiempo limitado, pero su oprobio se prolonga por  una eternidad de años. Los que siguen la pureza son ángeles que caminan por la  tierra. Las vírgenes tienen parte con María Virgen. Elimínese todo adorno  llamativo, toda mirada peligrosa y cualquier vestido y perfume que arrastren a  las bajas pasiones. En cuanto a todos, el perfume sea la oración, el olor de las  buenas obras y la santificación de los cuerpos, para que el Señor nacido de la  Virgen, diga también de nosotros, hombres que han guardado su integridad y  mujeres que han recibido la corona: «Estableceré mi morada en medio de  vosotros... Me pasearé en medio de vosotros, y seré para vosotros Dios, y  vosotros seréis para mí un pueblo» (Lev 26,11.12; cf. 2 Cor 6,16; Apoc 21,3; Ez  36,28; Jer 31,31-34). A quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
"«Confia, Jerusalén: el Señor suprimirá tus pecados» (Sof 3,14-15)24. «El  Señor limpiará la inmundicia de sus hijos e hijas, con viento justiciero y viento  abrasador» (Is 4,4). Derramará sobre vosotros agua pura y seréis purificados  de todo vuestro pecado (cf. Ez 36,25). Llegarán hasta vosotros los coros  angélicos y dirán: «¿Quién es ésta que sube del desierto, apoyada en su  amado?» (Cant 8,5). El alma que antes era esclava cuenta ahora al Señor  como su amado. Y éste, al recibirla, exclamará: ¡Qué bella eres, amada mía,  qué bella eres!..."
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
“¿Y qué es, pues,  queridos, cuidar la gracia? Estad preparados para acogerla y, una vez recibida,  no la echéis a perder.”