sábado, 12 de diciembre de 2015

EL ROSARIO DE HOY CON SANTA JUANA FRANCISCA FRÉMIOT DE CHANTAL


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: El 13 de diciembre de 1641,  entregaba su alma a Dios Santa Juana Francisca Frémiot de Chantal, religiosa, que siendo primero madre de familia, tuvo como fruto de su cristiano matrimonio seis hijos, a los que educó piadosamente, y muerto su esposo, bajo la dirección de san Francisco de Sales abrazó con decisión el camino de la perfección y realizó obras de caridad, en especial para con los pobres y enfermos. Dio comienzo a la Orden de la Visitación de santa María, que dirigió también prudentemente, y su muerte tuvo lugar en Moulins, junto al Aller, cerca de Nevers, en Francia.
Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo... 

MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.
“Este conocimiento de nosotras mismas consiste en que debemos creer, con gran certidumbre de fe, que no somos nada, que no podemos nada; que somos débiles, flacas e imperfectas, aficionando nuestra voluntad a amar nuestra pobreza y miseria..”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
““Estamos llamadas a renovar constantemente en nosotras la actitud de María en el Misterio de la Visitación: servicio, humildad, dulzura, abandono y sencillez.”
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“ Fijaos que nuestras almas han de estar muy limpias para ser ofrecidas a este Niño divino, el cual es Autor de toda pureza y santidad. He aquí el más grato presente que podemos hacerle: un corazón limpio, contrito y humillado. Él no quiere de nosotras más que el corazón.”
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
"La esencia de la oración no consiste en estar siempre de rodillas,
sino en mantener nuestra voluntad unida a la de Dios en todos los acontecimientos."
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
 “No tengamos más deseo que el de amar a Dios, hacer y padecer todo lo que le agrade, y aspirar a esta gloriosa e incomprensible inmortalidad, allí gozaremos sin temor de perder al mismo que nos ha escogido para tan grande felicidad, donde sea eternamente bendito.”