SENTIDO
DE LA EXISTENCIA DESDE JESUCRISTO.
REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
(n. 16-17)
16 Los
interrogantes radicales que acompañan desde el inicio el camino de los hombres,
adquieren, en nuestro tiempo, importancia aún mayor por la amplitud de los
desafíos, la novedad de los escenarios y las opciones decisivas que las generaciones
actuales están llamadas a realizar.
17 Los
discípulos de Jesucristo se saben interrogados por estas cuestiones, las llevan
también dentro de su corazón y quieren comprometerse, junto con todos los
hombres, en la búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia personal y
social. Contribuyen a esta búsqueda con su testimonio generoso del don que la
humanidad ha recibido: En su Hijo, Jesucristo, hecho hombre, Dios
nos ha liberado del pecado y nos ha indicado el camino que debemos recorrer y
la meta hacia la cual dirigirse.
Solo Dios y con él, el hombre encuentra una respuesta
satisfactoria a sus interrogantes más profundos. La cuestión sería: ¿El hombre
de hoy se interroga? ¿Tiene la inquietud de responder al sentido de su
existencia?
Hay un primer impedimento. La sociedad materialista y
consumista ahoga en el hombre la capacidad de interrogarse ofertándole pedazos
de felicidad a bajo coste y una felicidad efímera. Esto hace que el hombre se
encuentre en una espiral sin fin de búsqueda de experiencias nuevas para saciar
su sed de sentido y felicidad; llegando tantas veces al hastío de todo. En este
punto, el hombre se vuelve a preguntar, vuelve a interrogarse sobre su ser:
pero ahora se encuentra dañado y herido por tantas “malas experiencias” vividas
que lo condicionan gravemente.
Aquí tenemos que entender la expresión del Papa
Francisco de que “nuestras iglesias han de ser hospitales de campaña”;
preparados para atender a los hermanos que llegan tan dañados pero con
necesidad de ser salvados por Jesucristo. Se hace necesario que nuestras
comunidades se revista de las actitudes de acogida, escucha, comprensión,
seguimiento y ayuda para que Cristo pueda llegar más fácilmente a esas almas.
Hemos de dar razón de nuestra fe. Hoy, hace falta dar
una respuesta verdadera, plena y sólida a esas preguntas fundamentales de la
existencia humana, pues nos encontramos ante tres desafíos que no pueden
dejarnos impasibles:
1. La cuestión
sobre el ser y el actuar de ser humano: en un mundo donde hay tantas visiones y
opiniones y opciones morales; los cristianos tenemos la misión de presentar al
mundo la verdad y belleza de la antropología y moral cristiana como el camino
más seguro para alcanzar la felicidad.
2. La novedad de
escenarios: los hábitos de vida han cambiado y están cambiando muy rápidamente;
los cristianos hemos de estar atentos a todos esos cambios para aprovecharlos
positivamente en beneficio del Evangelio. Estos nuevos escenarios afectan sobre
todo a los nuevos medios de comunicación social.
3. Opciones
decisivas: el hombre de hoy tiene que tomar decisiones muy importantes para el
presente y sobre todo para el futuro de las próximas generaciones. El mundo que
hagamos será el mundo que dejemos a nuestros hijos. Pensemos tan solo en el
campo de la ecología, todo lo referido al cambio climático y la contaminación.
De lo que hoy se decida, depende el futuro de nuestro planeta.
La
Iglesia, con su doctrina en el campo social, quiere ofrecer desde la fe en
nuestro Señor Jesucristo, la Palabra hecha carne, la respuesta a las
preocupaciones del hombre de hoy. Nosotros como cristianos, debemos esforzarnos
para conocerla, asimilarla y aplicarla en nuestra vida