miércoles, 30 de diciembre de 2015

SENTIDO DE LA EXISTENCIA DESDE JESUCRISTO. REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 16-17)


SENTIDO DE LA EXISTENCIA DESDE JESUCRISTO.
REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 16-17)

16 Los interrogantes radicales que acompañan desde el inicio el camino de los hombres, adquieren, en nuestro tiempo, importancia aún mayor por la amplitud de los desafíos, la novedad de los escenarios y las opciones decisivas que las generaciones actuales están llamadas a realizar.
17 Los discípulos de Jesucristo se saben interrogados por estas cuestiones, las llevan también dentro de su corazón y quieren comprometerse, junto con todos los hombres, en la búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia personal y social. Contribuyen a esta búsqueda con su testimonio generoso del don que la humanidad ha recibido: En su Hijo, Jesucristo, hecho hombre, Dios nos ha liberado del pecado y nos ha indicado el camino que debemos recorrer y la meta hacia la cual dirigirse.
Solo Dios y con él, el hombre encuentra una respuesta satisfactoria a sus interrogantes más profundos. La cuestión sería: ¿El hombre de hoy se interroga? ¿Tiene la inquietud de responder al sentido de su existencia?
Hay un primer impedimento. La sociedad materialista y consumista ahoga en el hombre la capacidad de interrogarse ofertándole pedazos de felicidad a bajo coste y una felicidad efímera. Esto hace que el hombre se encuentre en una espiral sin fin de búsqueda de experiencias nuevas para saciar su sed de sentido y felicidad; llegando tantas veces al hastío de todo. En este punto, el hombre se vuelve a preguntar, vuelve a interrogarse sobre su ser: pero ahora se encuentra dañado y herido por tantas “malas experiencias” vividas que lo condicionan gravemente.
Aquí tenemos que entender la expresión del Papa Francisco de que “nuestras iglesias han de ser hospitales de campaña”; preparados para atender a los hermanos que llegan tan dañados pero con necesidad de ser salvados por Jesucristo. Se hace necesario que nuestras comunidades se revista de las actitudes de acogida, escucha, comprensión, seguimiento y ayuda para que Cristo pueda llegar más fácilmente a esas almas.  
Hemos de dar razón de nuestra fe. Hoy, hace falta dar una respuesta verdadera, plena y sólida a esas preguntas fundamentales de la existencia humana, pues nos encontramos ante tres desafíos que no pueden dejarnos impasibles:
1.    La cuestión sobre el ser y el actuar de ser humano: en un mundo donde hay tantas visiones y opiniones y opciones morales; los cristianos tenemos la misión de presentar al mundo la verdad y belleza de la antropología y moral cristiana como el camino más seguro para alcanzar la felicidad.
2.    La novedad de escenarios: los hábitos de vida han cambiado y están cambiando muy rápidamente; los cristianos hemos de estar atentos a todos esos cambios para aprovecharlos positivamente en beneficio del Evangelio. Estos nuevos escenarios afectan sobre todo a los nuevos medios de comunicación social.
3.    Opciones decisivas: el hombre de hoy tiene que tomar decisiones muy importantes para el presente y sobre todo para el futuro de las próximas generaciones. El mundo que hagamos será el mundo que dejemos a nuestros hijos. Pensemos tan solo en el campo de la ecología, todo lo referido al cambio climático y la contaminación. De lo que hoy se decida, depende el futuro de nuestro planeta.  
La Iglesia, con su doctrina en el campo social, quiere ofrecer desde la fe en nuestro Señor Jesucristo, la Palabra hecha carne, la respuesta a las preocupaciones del hombre de hoy. Nosotros como cristianos, debemos esforzarnos para conocerla, asimilarla y aplicarla en nuestra vida