NOVENA A LA INMACULADA
Escrita
por el Siervo de Dios Antonio Amundarain, sacerdote fundador de la Alianza en
Jesús por María
ORACIÓN PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS
¡Dulcísima
Virgen, Doncella Inmaculada de Nazaret, Sol esplendente de luz, de belleza, de
gracia, de virtud y de divinos dones! Con el más encendido fervor te saludamos
y te alabamos en esta novena que consagramos al sublime misterio de tu
Concepción Inmaculada; y por el privilegio especial y único que, en el
principio, te hizo la bondad divina, te rogamos nos concedas la gracia de
guardar, hasta la muerte y para siempre, inmaculada nuestra alma, casto y puro
nuestro cuerpo y encendido en amor nuestro corazón, para gloria del mismo
Señor, honor tuyo y bien nuestro temporal y eterno. Amén.
Todos: Bendita sea tu pureza…
DÍA NOVENO. Purísima e
Inmaculada Reina de nuestros corazones, al terminar hoy la novena que hemos
dedicado al inefable misterio de tu Concepción Inmaculada, quisiéramos redoblar
nuestra piedad para glorificar y engrandecer de nuevo las magnificencias que
Dios ha revelado en Ti. Y recopilando en un sólo ramillete los dones con los
que te ha colmado, adornado y enriquecido la diestra del Omnipotente, elevamos
hasta Dios el cántico de nuestras alabanzas y bendiciones. "Ave"
Purísima e Inmaculada Virgen, "Ave", llena eres de todas las gracias,
de todas las virtudes, de todos los dones, carismas, hermosuras y divinos
encantos. "Ave" El Señor está contigo, y Tú estás con el Señor;
estuviste desde el primer instante de tu Concepción sin mancha y estarás con El
eternamente. "Ave" bendita tú entre todas las mujeres, bendita entre
todos los seres, bendita sobre toda la creación. "Ave", Tú eres la gloria
de Jerusalén, la alegría de Israel, el honor y la grandeza de nuestro pueblo. Y
recogiendo también en una sola plegaria todo lo que en esta novena te hemos
pedido, te lo repetimos. Dulce siempre Virgen María, líbranos de todo mal y de
todo pecado, y consérvanos siempre sin mancha y sin arruga. Llena y hermosea
nuestras almas con el don de la gracia, derrama la plenitud de los dones del
Espíritu Santo. Que Jesús viva en nosotros y nosotros vivamos en Jesús;
guárdanos en su Corazón y en el tuyo,
aquí en la tierra y allá en el cielo eternamente. Amén
AVEMARÍAS FINALES
●Pida cada
uno la gracia que desea alcanzar en esta novena:
(Breve silencio)
Por tu Inmaculada Concepción, María,
concédenos la pureza del alma, la limpieza de corazón y la castidad del cuerpo.
Avemaría y Gloria
Por tu
Inmaculada Concepción, María, danos el detestar el pecado y la fortaleza para
apartarnos de la ocasión de ofender a Dios.
Avemaría y Gloria
Por tu
Inmaculada Concepción, María, concédenos amar y desear la virtud, resplandor de
la belleza divina.
Avemaría y Gloria
AVE MARÍA
PURÍSIMA,
R/. Sin pecado concebida.