DOCTRINA
SOCIAL DIRIGIDA A TODOS.
REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
(n. 13)
13 Este
documento es un acto de servicio de la Iglesia a los hombres y mujeres de
nuestro tiempo. En esta tarea, « no impulsa a la Iglesia
ambición terrena alguna. Sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del
Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de
la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido”.
La misión y preocupación de la Iglesia no solo se
limita a los bautizados, sino a todos los hombres: pues el Señor Jesús antes de
subir a los cielos mandó a sus discípulos: Id al mundo entero.
Con su enseñanza en doctrina social, la Iglesia no
solo se dirige a los cristianos sino también al mundo entero, a las naciones y
pueblos, a todos los hombres pues, segura de que Jesucristo es la verdad, el
camino y la vida, quiere ofrecer su luz a todos los hombres. Es lo que nos
recuerda las solemnidades de Navidad: el Niño Jesús nacido en Belén es la luz
para la humanidad, una luz de amor y de esperanza. Una luz que alumbra las
tinieblas del mundo con sus problemas y conflictos.
Esta es la verdadera motivación de la actividad de la
Iglesia: dar a Jesucristo al mundo, ofrecerlo, proponerlo, anunciarlo… porque
sólo en él podemos encontrar los hombres la salvación en esta vida y la
salvación eterna después de nuestra muerte.
Por eso,
la Iglesia y nosotros como cristianos no podemos ceder a los que quieren
ocultar y hacer desaparecer a Dios de nuestra sociedad; y hemos de esforzarnos
para que por nuestro testimonio y sobre todo por nuestra coherencia de vida
resplandezca la luz de Cristo ante todas las gentes.