domingo, 24 de abril de 2022

CELEBREMOS LA PASCUA CON BLANCURA DE CORAZÓN. San Agustín


LECCIONES DEL II NOCTURNO DE MAITINES

 

Sermón de San Agustín, Obispo.

Sermón 1 en la Octava de Pascua, o sea, el 157 de Tiempo.

La solemnidad de la Pascua termina con la fiesta de hoy y los neófitos mudan sus vestidos, pero de forma que la blancura del hábito que deponen, la conserven en el corazón. En estas fiestas pascuales, tiempo de indulgencia y perdón, nuestro primer deber consiste en celebrarlas tan santamente, que la mayor libertad concedida al cuerpo no sea un obstáculo a la pureza del alma, sino que absteniéndonos de toda intemperancia y lascivia, procuremos una sobria templanza y una santa pureza, para que obtengamos con la pureza del alma lo que no adquirimos durante estos días con la abstinencia corporal.

A todos mis encomendados me dirijo. Terminando hoy la solemnidad de Pascua, me dirijo sobre todo a vosotros, noveles retoños de santidad, regenerados con el agua y el Espíritu Santo. Renuevos piadosos, ejército novel, flores de nuestro honor y frutos de nuestra labor, gozo y corona mía, cuantos permanecéis en el Señor. Os hablo con las palabras del Apóstol: “He aquí que ha pasado ya la noche, y que se acerca el día; dejad, por lo mismo, las obras de las tinieblas, y revestíos con las armas de la luz. Andad honestamente, como se hace durante el día, no en comilonas y borracheras, no en deshonestidades y disoluciones, ni tampoco en contiendas y envidias; mas revestíos de nuestro Señor Jesucristo”.

"Pero tenemos todavía, dice San Pedro, un testimonio firme, el de los Profetas, al cual hacéis bien en mirar atentamente, como a una antorcha que luce en un lugar oscuro, hasta tanto que amanezca el día, y la estrella de la mañana nazca en vuestros corazones”. “Ceñid, por consiguiente, vuestras cinturas y tened en vuestras manos las luces ya encendidas. Sed semejantes a los criados que aguardan a su amo cuando vuelve de las bodas”. Llegan esos días que dice el Señor: “Dentro de un poco ya no me veréis, y de ahí a otro poco me veréis”. Esta es la hora, de la que dijo: “Vosotros estaréis tristes, y los del siglo se alegrarán”. La presente vida está llena de tentaciones: “Mas de nuevo, dice, os veré, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará este gozo".