DÍA DE PREPARACIÓN. BREVE MES DE MARÍA. ESPÍRITU Y FERVOR EN EL MES DE MAYO
Breve mes de María. Devoto obsequio de las familias cristianas a la Madre de Dios en el mes de Mayo compuesto principalmente con textos de san Alfonso María de Ligorio y ejemplos escogidos.
+Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A fin de que sea más eficaz nuestra oración delante de Dios y muy agradables nuestros obsequios a la Virgen María, poniéndonos en su santa presencia, purifiquemos antes nuestra alma de los pecados y faltas haciendo de todo corazón un acto de contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
Oración para comenzar todos los días:
Acordaos, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.
Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén
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30 de abril
PREPARACIÓN PARA EL MES DE MARÍA
Se procurará hacer los ejercicios propios del mes de mayo delante de una imagen o estampa de la Virgen. Bueno será poner la imagen o estampa en un lugar preferente especial, que haga las veces de altar durante este mes, procurando que esté adornada, a lo menos, con alguna florecilla, v que tenga luz mientras se practica el ejercicio del Mes de María. Esto ayuda a mantener más viva la devoción y a hacerla más sentida.
Puestos delante de la imagen o estampa de la Virgen, de rodillas, de pie o sentados, según la devoción y necesidad de cada uno, se practicarán los ejercicios propios de cada día, dejando cualquiera otra ocupación que pueda distraer.
CONSIDERACIÓN
La primera condición que señala san Alfonso es la de ofrecer los obsequios a María con el alma limpia de pecado mortal. y procurar evitar los pecados veniales cometidos con voluntad y conocimiento, o, más brevemente, guardarse en absoluto de la voluntad de pecar. Si es imposible que se condene el devoto de María dice el santo Doctor hay que entender esto con la condición de que viva sin pecados. o a lo menos que desee salir de ellos. porque entonces la Madre de Dios le ayuda. Pero si alguien quisiese pecar con la esperanza de que la Santísima Virgen le salvará, entonces, por su culpa, se haría indigno e incapaz de la protección de la Virgen.
La segunda condición es la perseverancia. Sólo la perseverancia dice san Bernardo merece la corona. San Juan Berchmans, al morir, cuando le preguntaron qué obsequio o devociones eran más del agrado de María, respondió: Cualquiera por insignificante que sea, con tal que sea constante. Y san Alfonso también recomienda. con preferencia a muchos obsequios. la práctica perseverante de los que se han escogido. ¡Ah! -dice este santo Doctor- ¡cuántos están ahora en el infierno, que se hubieran salvado si hubiesen perseverado en ofrecer a María las devociones que un día comenzaron!
En cuanto al mes de mayo, en particular, no siendo propiamente ninguna cosa obligatoria, sino de pura devoción, es menester que se haga devotamente. No obstante, vemos con harta frecuencia devotos de María que, al practicar los ejercicios propios de esta devoción, como el Santo Rosario o el mes de mayo, lo hacen con tan poco miramiento y fervor, que más bien parece que cumplen con una obligación forzada que con una devoción amorosa. Procuremos, pues, practicar el Mes de María con devoción y amor, evitando, en la medida de lo posible, cualquier distracción e irreverencia.
EJEMPLO
La piadosa práctica del Mes de María fue. según algunos, una cosa ideada por san Felipe Neri. hacia fines del siglo dieciséis. Según otros, este honor corresponde al padre Lolamia jesuita y misionero italiano del siglo dieciocho. el cual fue. a lo menos, fervoroso propagador de este ejercicio. Publicó un libro titulado El Mes de Mayo, el cual. traducido a varios idiomas. dio a conocer las prácticas devotas con las cuales se puede obsequiar a María durante este mes. También dicen algunos que la práctica del Mes de María comenzó en Roma, en el siglo dieciocho, debido a que un niño del pueblo, en una tarde del mes de mayo. reunió a sus compañeros delante de una imagen de la Virgen María, iluminada por una lámpara, y, con sus voces puras y argentinas, comenzaron a cantar la Letanía. Juntárosles, al día siguiente otras personas, y repitieron la misma práctica durante todo el mes.
Sea lo que fuese del origen del Mes de María, es cierto que la Iglesia lo ha bendecido y recomendado, y que se ha extendido por todas partes, como presente de hermosas flores que los cristianos dedican a su divina Madre. Unamos también nuestra voz a este dulcísimo concierto espiritual que todos los cristianos dirigen a María, uniéndose a los cánticos que los ángeles entonan en el Cielo.
VISITA A MARÍA
Nosotros la visitaremos espiritualmente cada día de este mes en sus santuarios más famosos de España, y comenzaremos hoy haciendo la visita delante de la imagen que tenemos en casa, al pie de la cual practicamos el Mes de Mayo. Saludémosla, pues, de todo corazón.
FLOR ESPIRITUAL
Rezaremos tres Avemarías, a fin de que la Santísima Virgen nos alcance la gracia de poder comenzar, continuar y acabar cumplidamente el Mes de Mayo. (3 Avemarías)
DESPEDIDA
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.