viernes, 22 de noviembre de 2024

CRISTO HA DE SER EXALTADO EN LA CRUZ. SÁBADO DE LA VIGESIMOSEXTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


CRISTO HA DE SER EXALTADO EN LA CRUZ.

SÁBADO DE LA VIGESIMOSEXTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO  DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

SÁBADO DE LA VIGESIMOSEXTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

CRISTO HA DE SER EXALTADO EN LA CRUZ.

 

1.- Yo si fuere levantado de la tierra (1). Habla aquí de su exaltación, en la cruz. Su exaltación, pues, y su gloria la puso Cristo en la humildad de la cruz. Y nosotros es justo que nos gloriemos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo (2). ¡Cuánto me temo que tú buscas tu gloria, no en la confusión, sino en las alabanzas de los hombres, en el aplauso, en la jactancia de tus talentos! Pero esto es contradecir a la gloria de Cristo. Todo lo traeré a Mí. Esto es, lo sujetaré a mi poder. Por la cruz, a la verdad, consiguió Cristo, que al nombre de Jesús todo cuanto hay hinque la rodilla (3). ¿Sabes por qué no pones a tu sujeción tus pasiones? Porque no te levantas de la tierra, no subes a la cruz, pisando la soberbia. En adelante, pues, Dios te libre de gloriarte en otra cosa, que en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.

2.- Respondióle la turba: ¿Cómo dices que conviene que sea exaltado el Hijo del hombre? ¿Quién es este Hijo del hombre (4)? Ignorancia es esta de la turba. Oye y ve presente al Hijo del hombre, y no le conoce. Tú, a la verdad, no pruebas semejante ignorancia con las palabras, sino con las obras. Ofrécesete una ocasión de humillarte; oyes interiormente a Dios, que te inspira que abatas aquí tu soberbia. Responde el miedo de la confusión: otra ocasión habrá; no hay necesidad de que esto se haga con esta publicidad, etc. Como si Cristo no hubiese sido crucificado a vista de todo el mundo. Con razón, pues, te puede dar Jesucristo la misma reprensión, y decirte: Aún hay alguna poca luz en vosotros. Con razón te puede avisar lo mismo: Andad mientras tenéis luz., aunque poca, de la cual te debes aprovechar, para lograrla mayor.

3.- Mas habiendo hecho tantos milagros delante de ellos (las turbas), no creían en Él (5). La vida mala y corrompida era el impedimento para esto. Alcanzas con el entendimiento mucha doctrina y verdades acerca de Cristo, más porque los malos afectos te inclinan a otras cosas, no las practicas, ni muestras en las obras. No obstante muchos de los principales creyeron en Él. Pero ¡que imperfectamente! Porque por causa de los fariseos no le confesaban, por no ser echados de la sinagoga. ¡Qué no pueden los respetos humanos! Amaron a la verdad la gloria de los hombres, más que la gloria de Dios. ¡Oh vergüenza! Por no desagradar al hombre, escoges desagradar a Dios.

 

(1) Joan., 12. (2) Galat., 6. (3) Philip., 2. (4) Joan., 12. (5) Joan., 12.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.