lunes, 24 de mayo de 2021

MES DE MAYO A LA VIRGEN MARÍA. Día 25

MES DE MARÍA O MES DE MAYO CONSAGRADO A LA SANTÍSIMA VIRGEN

SEGÚN SE HACÍA EN LA IGLESIA DEL COLEGIO IMPERIAL DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

 

DÍA 25

 

Por la señal …

 

ORACIÓN DEDICATORIA

¡Oh, dulce Virgen! De purpúreas flores,

cada día pondré guirnalda hermosa

en tus sienes divinas,

y me serán regalos las espinas,

Pues la que nace de ellas, pura rosa,

tantos alcanza en coronarte honores.

Tú en galardón; lo espero, Madre mía;

mi frente humilde ceñirás un día.

 

Canto

 

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra!  ¡Oh Paraíso del nuevo Adán sin serpiente! ¡Oh Lirio de los valles, Azucena sin mancha, Flor sin espinas, Rosa Mística! ¡Oh Flor de Jesé, Palma de Cadés, Cedro del Líbano!  ¡Oh Flor de todas las virtudes y Árbol de todas las gracias, cuyo Dulcísimo fruto es Nuestro Señor Jesucristo! Siempre te amamos, siempre te invocamos, pero especialmente en este mes de las flores que dedicamos a tu Amor.  Haz que en nuestras almas florezcan todas las virtudes y fructifique Nuestro Señor Jesucristo, en gracia y santidad.  Y pues eres fuente sellada y pura, no permitas que se sequen jamás en nuestras almas la flor de tu devoción y el fruto del Amor a Jesucristo, tu Hijo. Amén.

 

MEDITACIÓN

DÍA VEINTICINCO

Consideración del purgatorio.

 

¿Qué hay en el purgatorio? Fuego encendido por la divina justicia. Se ama a Dios, y Dios castiga; se desea verle, y no se puede; se espera el momento de ir al cielo, y no se sabe cuándo llegará; se sufren tormentos mucho mayores que todos los que hay en el mundo, pero por fuerza, sin mérito y sin recompensa.

¡Terrible verdad! La idea sola de una cárcel nos llena de tristeza. Probablemente iremos al purgatorio y no hacemos caso.

¿Por qué van muchas almas al purgatorio? Una monja fue por haber dicho en el coro algunas palabras inútiles; un religioso, por no inclinar la cabeza al decir Gloria Patri al fin de los salmos; una santa virgen, por haberse lavado con demasiado esmero un día de viernes; San Pelegrín y San Pascasio, por culpas muy leves; San Valerio, por haber tenido demasiado afecto un sobri

a

 
no suyo; un santo predicador, por un excesivo afecto a sus escritos, y así otros muchos[1]. ¿Qué será de ti por tantas cóleras, mentiras, desobediencias, irreverencias en los templos, descuidos en tus obligaciones, palabras ociosas, vanos adornos y faltas de caridad? ¿Y aún no piensas en enmendarte seriamente?

¿Cuánto tiempo están algunos en el purgatorio? ¿Cuánto estarás tú? Demos a cada pecado venial un solo día de purgatorio, y supongamos que cada día cometes treinta faltas. Con que a cada día de vida corresponderán treinta días de purgatorio; a cada año, treinta años; a cincuenta, mil quinientos; a sesenta, mil y ochocientos años. ¡Dios inmortal, qué deuda y paga tan espantosa! Añade a los pecados veniales algunos mortales, absueltos si cuanto a la culpa, pero no pagados del todo cuanto a la pena; ¡cuántos centenares de años más en el purgatorio! Pero tú podrías descontarlos fácilmente con algunas mortificaciones y otras buenas obras en esta vida, ¿y vives tan descuidado?

 

EJEMPLO

 

 
El Beato Rainerio, cisterciense, estaba con gran temor de su vida pasada, por no saber si el Señor le había perdonado sus culpas y las penas que por ellas debía, y suplicaba continuamente a Nuestra Señora tuviese compasión de su alma. Estando una vez en oración fue arrebatado en éxtasis, y oyó que la Virgen intercedía en su favor, suplicando al Señor le llevase al cielo sin tocar en el purgatorio, pues que estaba arrepentido de corazón de todos sus pecados y había hecho la penitencia debida; a lo cual respondió el Hijo: «Madre mía, todo lo dejo en tus manos» ¿Quién podrá explicar el gozo de Rainerio al oír una respuesta semejante? ¿Qué temor podría tener del purgatorio, de que tan pocos se libran, cuando la causa estaba ya en manos de María amantísima? No por esto aflojó él un punto los ejercicios de la vida espiritual, sino que se dedicó con más fervor a la piedad y a los actos de religión, mereciendo le librase esta bendita Madre de aquellas atroces penas, como lo hace con todos sus amantes hijos.

 

OBSEQUIO

Rezar tres Padre nuestros por e1 alma del purgatorio más devota de María Santísima.

 

JACULATORIA

Después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

 

 

PARA FINALIZAR

3 avemarías

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.



[1] Catan., Buen. Muert., pág. 2, disc. 26