viernes, 14 de mayo de 2021

MES DE MAYO A LA VIRGEN MARÍA. Día 15

MES DE MARÍA O MES DE MAYO CONSAGRADO A LA SANTÍSIMA VIRGEN

SEGÚN SE HACÍA EN LA IGLESIA DEL COLEGIO IMPERIAL DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

 

DÍA 15

 

Por la señal …

 

ORACIÓN DEDICATORIA

¡Oh, dulce Virgen! De purpúreas flores,

cada día pondré guirnalda hermosa

en tus sienes divinas,

y me serán regalos las espinas,

Pues la que nace de ellas, pura rosa,

tantos alcanza en coronarte honores.

Tú en galardón; lo espero, Madre mía;

mi frente humilde ceñirás un día.

 

Canto

 

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra!  ¡Oh Paraíso del nuevo Adán sin serpiente! ¡Oh Lirio de los valles, Azucena sin mancha, Flor sin espinas, Rosa Mística! ¡Oh Flor de Jesé, Palma de Cadés, Cedro del Líbano!  ¡Oh Flor de todas las virtudes y Árbol de todas las gracias, cuyo Dulcísimo fruto es Nuestro Señor Jesucristo! Siempre te amamos, siempre te invocamos, pero especialmente en este mes de las flores que dedicamos a tu Amor.  Haz que en nuestras almas florezcan todas las virtudes y fructifique Nuestro Señor Jesucristo, en gracia y santidad.  Y pues eres fuente sellada y pura, no permitas que se sequen jamás en nuestras almas la flor de tu devoción y el fruto del Amor a Jesucristo, tu Hijo. Amén.

 

MEDITACIÓN

DÍA QUINCE

De la gloria.

 

¿Qué es lo que más te agrada en este mundo? ¿La libertad? Si vas al cielo podrás ir a tu gusto por el aire, por la luna, por el sol y las estrellas. Podrás en un momento bajar del cielo a la tierra, y en otro, subir. Podrás entrar en los sitios más cerrados y ocultos sin obstáculo ni temor, alguno.    

¿La música? Es armoniosa y dulcísima a que los ángeles y santos gozan de continuo en el paraíso. Una sola pulsación de un instrumento celestial, tocado por un serafín, arrebató y dejó extático a San Francisco.

¿Te agrada la hermosura y gallardía del campo? Si llegas a ser bienaventurado, tus ojos parecerán dos estrellas, tu semblante brillará como el sol, tus manos se verán adornadas más que de diamantes, y todo el cuerpo estará revestido de claridad y belleza.

¿Te agrada la ciencia? Sálvate, y en un punto serás más sabio que Salomón y más instruido que todos los filósofos del mundo, aprenderás en un instante y sin fatiga todas las ciencias.     

¿Te encanta la belleza de las criaturas? ¡Cuánto más hermoso es el Criador! En la gloria le verás cara a cara, contemplarás de cerca su divino rostro, y con sólo verle serás al instante bienaventurado. Además, ¡qué placer será ver a los ángeles, ver a nuestro padre Adán, al patriarca Abraham, al rey David, a los Apóstoles, a los Mártires, a los Santos tus abogados, ver a María, ver a Jesús!

¿Deseas ser   rico? Pues sálvate, y poseerás todo el cielo, y at mismo Dios, que es Señor de todos los bienes del mundo; Él será tuyo y nadie te lo podrá quitar, ni por ningún motivo le podrás perder. Él será tuyo y tú serás suyo por toda la eternidad. Luego muy necio es el que por un bien caduco y momentáneo se expone a perder la gloria.

 

EJEMPLO

Un corto obsequio echo a la Virgen ha bastado a veces para que los pecadores más disolutos recobren la gracia y alcancen la gloria. Navegaba de Génova a Savona un joven noble y arrogante mozo en compañía de tres Religiosos; y como tenia de costumbre leer libros profanos, iba entonces leyendo uno de versos amatorios, en cuya lectura decía que hallaba tanto gusto, que no le hubiera vendido ni por mucho dinero. Uno de los Religiosos le dijo: «¿Harías con gusto un obsequio a la Virgen?» «Eso sí, Padre, contestó el joven; en honor de la Virgen haré cualquier cosa» «Pues bien, replicó el Padre, rompe ese libro por dar gusto a 1a Virgen, y arrójale al mar» A esto dijo el joven: «Ahí está» «No, volvió el Padre a decir, por tu mano has de ofrecer

este don a María» Entonces el caballero cortó por medio el libro con un cuchillo y echó al agua la mitad de las hojas, dando la otra mitad al Padre, quién haciéndolas pedazos, las arrojó también. No quedó este acto tan generoso sin galardón, porque, vuelto el joven, no mucho después, de Génova, le llamó Dios a vida perfecta y la Virgen Santísima le trajo al seguro y dichoso puerto de la religión. ¡Oh, cuánto agradaría a esa soberana Señora la persona que, habiendo imitado a dicho joven en tener y leer libros venenosos, le imitase también en deshacerse de ellos por darle gusto! Fundadamente podría esperar por su intercesión la gracia del arrepentimiento y mudanza de vida[1].

 

OBSEQUIO

Ve si entre tus libros, estampas o manuscritos hay alguna cosa menos decente, y arrójala al fuego con generosidad en honra de la Virgen.

 

JACULATORIA

Puerta del cielo, ruega por nosotros.

 

PARA FINALIZAR

3 avemarías

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.


[1] Auirem., t. II, pág. 115.