sábado, 1 de mayo de 2021

ÉSTE HA DE SER TODO NUESTRO AFÁN, ALCANZAR EL VERDADERO AMOR A JESUCRISTO. San Alfonso María de Ligorio

 

Comentario al Evangelio 

1 de mayo - San José Obrero

ÉSTE HA DE SER TODO NUESTRO AFÁN, ALCANZAR EL VERDADERO AMOR A JESUCRISTO

San Alfonso María de Ligorio

¡Cuán fuera de camino andan, dice San Francisco de Sales, cuantos cifran la santidad en cosa que no sea amar a Dios! «Algunos cifran la perfección en la austeridad de la vida; otros, en la oración; quiénes, en la frecuencia de sacramentos, y quiénes, en el reparto de limosnas; mas todos se engañan, porque la perfección escriba en amar a Dios de todo corazón, pues las restantes virtudes, sin caridad, son solamente montón de escombros.

Y si en este santo amor no somos perfectos, culpa nuestra es, pues no acabamos de entregarnos por completo a Dios.

Dijo un día el Señor a Santa Teresa: «¿Sabes qué es amarme con verdad? Entender que todo es mentira lo que no es agradable a mí». ¡Ojalá que todos entendieran esta verdad, que sólo una cosa es necesaria! No es necesario allegar en la tierra muchos caudales, ni granjearse la estima de los demás, ni llevar vida regalada, ni escalar las dignidades, ni ganar reputación de sabio; una sola cosa es necesaria: amar a Dios y cumplir su voluntad. Para este único fin nos creó y conserva la vida, y solamente por este camino llegaremos un día a conquistar el paraíso. Ponme como sello sobre tu corazón, cual sello sobre tu brazo [10].

Así dice el Señor a todas las almas, esposas suyas, que le pongan en su corazón como sello y como señal en su brazo, para que a Él vayan dirigidas todas las acciones y deseos; dice que le pongan sobre el corazón, para que no entre en él más amor que el suyo, y que le pongan sobre su brazo, para que en cuanto hagan no se propongan otro fin que agradarle. Y ¡cómo corren a pasos agigantados por el camino de la perfección los que en todas sus obras no pierden de vista a Jesús crucificado ni tienen más finalidad que hacer su beneplácito!

Éste ha de ser todo nuestro afán, alcanzar el verdadero amor a Jesucristo.