SOLEMNIDAD DE SANTIAGO APOSTOL
Comentario al Evangelio
San Jerónimo
Se pregunta cómo los hijos del Zebedeo (a saber, Santiago y Juan) han bebido el cáliz del martirio, siendo así que, según la Escritura, Santiago fue decapitado por Herodes y Juan murió de muerte natural; pero leemos en la historia eclesiástica que Juan fue arrojado a una caldera de aceite hirviendo y desterrado a la isla de Patmos. Por consiguiente, nada le faltó para lo esencial del martirio y para beber el cáliz de confesor; cáliz que bebieron los tres jóvenes echados al horno de fuego, aunque su perseguidor no derramó la sangre de ellos.
Los nombres de los que estarán sentados en el Reino de los Cielos no se dicen aquí, a fin de que la designación especial de algunos no parezca la exclusión de otros. Porque el Reino de los Cielos no está tanto a la disposición del que lo da como del que lo recibe. Para Dios no hay distinción de personas y aquel que se presentare digno del Reino de los Cielos, recibirá el reino que está preparado, no para tal persona, sino para tal conducta. De donde resulta que si vosotros os portáis de tal manera que merecéis el Reino de los Cielos (que mi Padre ha preparado a los victoriosos), vosotros lo recibiréis también. Y no dijo el Señor "no os sentaréis", a fin de no cubrir de confusión a los dos hermanos, ni tampoco "os sentaréis", para no irritar a los demás.