Santiago Apóstol 2018
Celebramos
hoy la solemnidad del apóstol Santiago: Fiesta grande para España, para cada
uno de los españoles, de los diversos pueblos y regiones. Es nuestro patrono, el patrono de nuestra
patria, el patrono del pueblo español.
¡Vivimos
tiempos difíciles!
¿Quién
entiende que en una casa no se celebre por todo lo alto la fiesta de la
onomástica o el cumpleaños del padre de familia? ¿Qué hijos desagradecidos no
querrían honrar a su padre en tal festividad? Pues, aquellos que no quieren
celebrar la fiesta del Apóstol Santiago, como día grande de España, como día
grande de nuestro pueblo, de nuestra historia, de nuestro ser. ¡Tristemente,
muchos no quieren esto y llevan trabajando incansablemente para destruir este Reino conquistado para la
fe de Cristo por el apóstol Santiago!
Porque
celebrar al Apóstol Santiago, es celebrar lo que España es y ha sido, lo que
España tiene que ser. España o es católica o dejará de ser España.
Hagamos
nuestra en esta tarde la oración del Beato Narciso de Estenga, obispo de Ciudad
Real, martirizado en agosto de 1936: “Santiago y cierra España. Que la cierres
a tantas víboras ponzoñosas, a quienes no aprovecha el dolor de tardíos
desengaños y cuya vida es ansias y desesperación, higueras estériles de
pomposas hojas, cizaña que amarillea alborotando a la mies dorada.”
¡Estamos
en tiempos difíciles! Y es necesario invocar al Apóstol Santiago con confianza
de hijos, con insistencia de estar necesitados, de encontrarnos en apuros.
Vivimos
tiempos de separación y ruptura; cuando siempre lo que ha caracterizado a
nuestro pueblo es la unión dentro de la diversidad de costumbres y
regiones. Cuando los enemigos nos
invadían, el pueblo español se aunaba para defenderse y para unir su suelo
patrio.
Vivimos
tiempos de apostasía, donde se rechaza la fe de nuestros mayores y la gente de
hoy se jacta de ser enemigos de Dios y de su Iglesia. ¿Qué queda de la España católica? ¿Qué queda
de aquellos que se caracterizaron por defender el dogma, por llevarlo a
América, por proclamarlo y defenderlo con la propia vida?
Vivimos
tiempos de mentira, donde la falsedad y el error sustituyen a la verdad, aplaudidos y difundidos por todos
los medios públicos. La historia es
manipulada y se reinterpreta, para manipular las conciencias más jóvenes e
infundirle el odio y el desprecio hacia España.
Vivimos
tiempos de muerte, donde la sangre de los más inocentes riega nuestros
hospitales asesinados con todo el apoyo de la ley, donde los ancianos ya no
podrán esperar la muerte tranquilos y disponiéndose a bien morir, sino temiendo
la decisión médica o de los familiares, de que hay que asesinarlos con una
muerte digna. Vivimos tiempos de muerte, porque las almas de los españoles
están cada vez más oscuras, ennegrecidas
por el pecado, alejados de Dios, muertos vivientes pues en ellos nada hay de
vida sobrenatural.
Vivimos
tiempos de revolución, extendida a todos los ámbitos de la vida: familia,
escuela, trabajo, iglesia, moral pública y privada… España es aconfesional, dicen algunos; pero
realmente España se está convirtiendo en enemiga de Dios.
¡Apóstol
Santiago, cuánto necesitamos de ti, de tu ejemplo, de tu intercesión, de tu
patrocinio!
Necesitamos
tu ejemplo en seguir a Cristo, prontamente, no anteponiendo nada a su amor. Dejando
padre, familia, negocio y vida, todo por seguir a Jesucristo.
Necesitamos
del ejemplo de tu firmeza en la confesión, en la valentía de vivir; no
avergonzándose de la condición de discípulo de Cristo, no temiendo la
incomprensión de los otros. Valentía en la respuesta ante las dificultades y la
cruz. Como en el evangelio ante la pregunta del Maestro: ¿Podéis? Podemos.
Necesitamos
tu ejemplo y audacia para no conformarnos con mediocridades, sino en querer ser
amigos predilectos de Jesús, en aspirar a sentarnos con él en el Reino de los
cielos, aspiración légitima que tú sellaste con tu sangre y tu martirio.
Necesitamos
tu ejemplo para no tener miedo a aquellos que nos persiguen, que nos critican,
que nos rechazan, que son enemigos de Dios, de su Iglesia y de España.
Necesitamos
tu ejemplo para vivir la justicia y
luchar contra la maldad y obstinación de los malos.
Necesitamos
tu ejemplo para ser testigo y predicador
del Evangelio: tú los fuieste hasta los
confines del mundo conocido; nosotros en nuestros ambientes y en nuestro mundo
de hoy.
Necesitamos
tu ejemplo, el ejemplo de tu amor y devoción a la Madre de Dios, la Virgen
María.
Necesitamos
el ejemplo de tu perseverancia ante la adversidad y la dureza cuando predicando
el evangelio en España, muchos no creyeron, pero tú permaneciste con tu fe
firme junto al Pilar.
Necesitamos
tu ejemplo, necesitamos tu intercesión y patrocinio.
¡Si!,
Apóstol Santiago, intercede por nosotros, intercede por España:
Para
que no perdamos la fe,
Para
que tengamos paz,
Para
que se viva la justicia en el respeto a la ley de Dios,
Para
que vivamos como hermanos
Para
que a nadie le falte lo necesario para una vida digna,
Para
que en definitiva, se establezca el reinado social de Jesucristo, reino de la
verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia,
el amor y la paz, y se haga verdad la
promesa al Padre Bernardo de Hoyos: Reinaré en España con más veneración que en
otras partes.
¡Santiago
y cierra España y nuestras almas a todo lo que nos aparta de Jesucristo!
¡Santiago
y abre España y cada uno de nuestro corazones a Jesucristo, a su amor, a su gracia! Así lo pedimos. Así
sea. Amén.