jueves, 26 de julio de 2018

SANTIAGO APÓSTOL, NECESITAMOS TU EJEMPLO, NECESITAMOS TU PATROCINIO




Santiago Apóstol 2018
Celebramos hoy la solemnidad del apóstol Santiago: Fiesta grande para España, para cada uno de los españoles, de los diversos pueblos y regiones.  Es nuestro patrono, el patrono de nuestra patria, el patrono del pueblo español.
¡Vivimos tiempos difíciles!
¿Quién entiende que en una casa no se celebre por todo lo alto la fiesta de la onomástica o el cumpleaños del padre de familia? ¿Qué hijos desagradecidos no querrían honrar a su padre en tal festividad? Pues, aquellos que no quieren celebrar la fiesta del Apóstol Santiago, como día grande de España, como día grande de nuestro pueblo, de nuestra historia, de nuestro ser. ¡Tristemente, muchos no quieren esto y llevan trabajando incansablemente  para destruir este Reino conquistado para la fe de Cristo por el apóstol Santiago!
Porque celebrar al Apóstol Santiago, es celebrar lo que España es y ha sido, lo que España tiene que ser. España o es católica o dejará de ser España. 
Hagamos nuestra en esta tarde la oración del Beato Narciso de Estenga, obispo de Ciudad Real, martirizado en agosto de 1936: “Santiago y cierra España. Que la cierres a tantas víboras ponzoñosas, a quienes no aprovecha el dolor de tardíos desengaños y cuya vida es ansias y desesperación, higueras estériles de pomposas hojas, cizaña que amarillea alborotando a la mies dorada.”
¡Estamos en tiempos difíciles! Y es necesario invocar al Apóstol Santiago con confianza de hijos, con insistencia de estar necesitados, de encontrarnos en apuros.
Vivimos tiempos de separación y ruptura; cuando siempre lo que ha caracterizado a nuestro pueblo es la unión dentro de la diversidad de costumbres y regiones.  Cuando los enemigos nos invadían, el pueblo español se aunaba para defenderse y para unir su suelo patrio.
Vivimos tiempos de apostasía, donde se rechaza la fe de nuestros mayores y la gente de hoy se jacta de ser enemigos de Dios y de su Iglesia.  ¿Qué queda de la España católica? ¿Qué queda de aquellos que se caracterizaron por defender el dogma, por llevarlo a América, por proclamarlo y defenderlo con la propia vida?
Vivimos tiempos de mentira, donde la falsedad y el error sustituyen a  la verdad, aplaudidos y difundidos por todos los medios públicos. La  historia es manipulada y se reinterpreta, para manipular las conciencias más jóvenes e infundirle el odio y el desprecio hacia España. 
Vivimos tiempos de muerte, donde la sangre de los más inocentes riega nuestros hospitales asesinados con todo el apoyo de la ley, donde los ancianos ya no podrán esperar la muerte tranquilos y disponiéndose a bien morir, sino temiendo la decisión médica o de los familiares, de que hay que asesinarlos con una muerte digna. Vivimos tiempos de muerte, porque las almas de los españoles están cada vez  más oscuras, ennegrecidas por el pecado, alejados de Dios, muertos vivientes pues en ellos nada hay de vida sobrenatural.
Vivimos tiempos de revolución, extendida a todos los ámbitos de la vida: familia, escuela, trabajo, iglesia, moral pública y privada…  España es aconfesional, dicen algunos; pero realmente España se está convirtiendo en enemiga de Dios.

¡Apóstol Santiago, cuánto necesitamos de ti, de tu ejemplo, de tu intercesión, de tu patrocinio!
Necesitamos tu ejemplo en seguir a Cristo, prontamente, no anteponiendo nada a su amor. Dejando padre, familia, negocio y vida, todo por seguir a Jesucristo.
Necesitamos del ejemplo de tu firmeza en la confesión, en la valentía de vivir; no avergonzándose de la condición de discípulo de Cristo, no temiendo la incomprensión de los otros. Valentía en la respuesta ante las dificultades y la cruz. Como en el evangelio ante la pregunta del Maestro: ¿Podéis? Podemos.   
Necesitamos tu ejemplo y audacia para no conformarnos con mediocridades, sino en querer ser amigos predilectos de Jesús, en aspirar a sentarnos con él en el Reino de los cielos, aspiración légitima que tú sellaste con tu sangre y tu martirio.
Necesitamos tu ejemplo para no tener miedo a aquellos que nos persiguen, que nos critican, que nos rechazan, que son enemigos de Dios, de su Iglesia y de España.
Necesitamos tu ejemplo para vivir la justicia  y luchar contra la maldad y obstinación de los  malos.
Necesitamos tu ejemplo para ser testigo y  predicador del Evangelio: tú los fuieste  hasta los confines del mundo conocido; nosotros en nuestros ambientes y en nuestro mundo de hoy.
Necesitamos tu ejemplo, el ejemplo de tu amor y devoción a la Madre de Dios, la Virgen María.
Necesitamos el ejemplo de tu perseverancia ante la adversidad y la dureza cuando predicando el evangelio en España, muchos no creyeron, pero tú permaneciste con tu fe firme junto al Pilar.
Necesitamos tu ejemplo, necesitamos tu intercesión y patrocinio.
¡Si!, Apóstol Santiago, intercede por nosotros, intercede por España:
Para que no perdamos la fe,
Para que tengamos paz,
Para que se viva la justicia en el respeto a la ley de Dios,
Para que vivamos como hermanos
Para que a nadie le falte lo necesario para una vida digna,
Para que en definitiva, se establezca el reinado social de Jesucristo, reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz, y  se haga verdad la promesa al Padre Bernardo de Hoyos: Reinaré en España con más veneración que en otras partes. 
¡Santiago y cierra España y nuestras almas a todo lo que nos aparta de Jesucristo!
¡Santiago y abre España y cada uno de nuestro corazones a Jesucristo,  a su amor, a su gracia! Así lo pedimos. Así sea. Amén.