Homilía
de maitines
MARTES DE LA III SEMANA DE CUARESMA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
HOMILÍA DE SAN AGUSTÍN, OBISPO
Sermón 16 sobre las palabras del Señor, tomo 10 después del
principio.
¿Por qué le corriges? ¿Por qué ha pecado contra tu
persona?. No lo permita Dios. Si le corriges llevado de tu amor propio, nada
haces; si lo haces porque le amas, obras muy bien. Por lo demás, considera en
las misma palabras del Salvador cuales son los motivos que deben impulsarte, es
decir, si debes corregir por amor propio o por amor al prójimo. “Si te atiende,
dice, has ganado a tu hermano”. De consiguiente hazlo por él, para que le
ganes. Portándote así le ganas; si no lo hubieras hecho perecería. ¿Por qué la
mayor parte de los hombres tiene en poco estos pecados, y dicen: ¿qué gran mal
he cometido?. No he ofendido más que a un hombre. No tengas por cosa
despreciable haber pecado contra el hombre.
Quieres saber porque esta ofensa contra un hombre
es causa de tu perdición?. Si aquel contra quien has pecado te reprendiere
estando a solas con él, y tu le atendieres, él te ha ganado. ¿Qué quiere decir
que te ha ganado, sino que hubieras perecido si no te hubiera ganado?. Ahora
bien si no hubieras perecido, ¿Cómo te hubiera ganado?. De consiguiente nadie
tenga en poco el pecado contra su hermano, He aquí lo que en cierto lugar dice
el apóstol: “Pecando contra los hermanos e hiriendo su conciencia débil, has
pecado contra Cristo”, puesto que todos hemos sido constituidos miembros de
Cristo. ¿cómo no pecaras contra Cristo, tu que pecas contra un miembro de
Cristo?
Por lo mismo, nadie diga que no ha pecado contra
Dios, sino contra su hermano, y que haber pecado contra el hombre sea un pecado
leve o ningún pecado. Quizá dices que es leve porque se cura prontamente. Has
pecado contra tu hermano; confiesa tu pecado y recuperaras la salud. Un
instante te ha bastado para cometer una falta mortal: y en un instante podrás
hallar el remedio. ¿Quién de nosotros, hermanos míos, esperara el reino de los
cielos después de que dice el Evangelio: “Quien dijere a su hermano: fatuo, será
reo del fuego del infierno”? Esta amenaza es terrible. Mas atiende al remedio “si
al tiempo de presentar tu ofrenda en el altar, allí te acuerdas que tu hermano
tiene alguna queja contra ti, deja allí mismo tu ofrenda delante del altar”. No
se enoja el Señor porque difieras presentar tu ofrenda. Prefiere mas Dios a ti
mismo que a tu ofrenda.