domingo, 21 de septiembre de 2025

22. PROGRAMA DEL AMOR. MES A LA VIRGEN DE LAS MERCEDES. 8° DÍA DE LA NOVENA

DÍA VIGÉSIMO SEGUNDO

8º DÍA DE LA NOVENA

EL PROGRAMA DEL AMOR

 

MES 
en honor de
 N. S. DE LAS MERCEDES

Padre Antonio Pastor Codesal, OP

 

ORACIONES PARA INICIAR

Y FINALIZAR CADA DÍA

 

Oración primera para todos los días

 

Por la señal…

 

ORACIÓN

Santísima Virgen María, el dulce y consolador título de Nuestra Señora de las Mercedes manifiestamente nos dice cómo es de compasivo vuestro Corazón y de poderoso vuestro auxilio.  Pues echad sobre nosotros una mirada de compasión; ved nuestras almas con tantas cadenas de vicios y pecados; nuestra vida con tantas angustias y tribulaciones, sed Redentora de nuestras vidas y de nuestras almas, y; alcanzadnos la merced de vivir cristianamente, de morir santamente, de reinar gloriosamente en el cielo. Amén.

 

Se lee lo propio para cada día.

 

DÍA VIGÉSIMO SEGUNDO

MEDITACIÓN

EL PROGRAMA DEL AMOR

La caridad es amor de Dios y amor del prójimo. Y si alguno dice: “yo amo a Dios”, y tuviere odio contra su prójimo, es mentiroso. Pues si no ama a su hermano a quien ve, ¿cómo ha de amar a Dios a quien no ve? (I Joan c. IV 20)

Imita oh alma cristiana, en hacer el bien, a la Santísima Virgen María que, viviendo gloriosa en el cielo, se apiadó de los cristianos presos y encarcelados en las duras y terribles mazmorras de los infieles, e inspiró a San Raimundo de Peñafort la fundación de la Orden de la Merced, o de Redención de cautivos.

Imita al Divino Maestro que nos amó hasta la muerte, y muerte de Cruz, dándonos su vida; y se nos da, Dios y Hombre, en mantenimiento en la Santa Eucaristía. El programa del amor está en aquellas palabras que, estando por expirar, dijo el Señor sobre sus enemigos: “Padre, perdónalos,que no saben lo que hacen” (S. Lc. c. XXIII, 34).

Endereza por este camino tu amor, para que puedas decir a Jesucristo: Señor, he practicado el amo como tú lo has enseñado con tu doctrina y con tu ejemplo, y confío que ahora en la eternidad seas tú mi amor, mi vida y mi gloria. Amén.

 

EJEMPLO

Fue por los principios del siglo presente (siglo XX): Monseñor Dupanloup, Obispo de Orleans, cuenta lo siguiente: recuerdo haber presenciado en mi vida un ejemplo de la eficacia del Ave María que no se me olvidará jamás. Me hallaba junto al lecho de agonía de una señora, de 20 años, procedente de muy linajuda familia francesa. Oh hija mía, qué golpe, le dije. Ella me respondió: ¿Es que no creéis que voy al cielo? Tengo mucha esperanza, le dije. Y ella respondió: yo tengo seguridad, porque he cumplido el consejo de usted. El día de la primera comunión nos recomendó usted que rezáramos el Ave María, y que la rezáramos bien; lo he cumplido siempre; y desde hace cuatro años no he omitido un solo día el santo Rosario.

El marido, los padres, todos estábamos consternados; solo ella estaba tranquila, despidiéndose de nosotros con una muerte celestial. (Id. Ib. p. 106).

 

 

 

Oración final para todos los días

 

Santísima Virgen de las Mercedes, Madre queridísima y Reina soberana de mi corazón. Yo os consagro en este día todo mi ser y os pido mercedes para todas mis necesidades. Os consagro mi inteligencia para que Vos la iluminéis con la lumbre de fe viva; os consagro mi corazón para que Vos lo gobernéis con la dulce y segura fuerza de vuestro amor; mi cuerpo y mis sus sentidos para que para que Vos los guardéis de obras malas; os consagro mi vida, para Vos la conduzcáis por los caminos de Dios; que son los del cielo y la eterna dicha. 

Y humildemente os pido mercedes para todas mis necesidades; la merced de vuestro poderoso auxilio contra los tres mortales enemigos del alma: mundo, demonio y carne; las pompas del mundo, las tentaciones del demonio, y las malas inclinaciones de la carne; y finalmente la perseverancia en la Divina Gracia para salvarme.

Quiero vivir y morir en la dulce y dichosa esclavitud de vuestro amor. No me abandonéis, oh mi amada Virgen de las Mercedes; guiadme en la vida, asistidme en la muerte y recibidme en la gloria. Amén. 

 

Tres Avemarías para que la Virgen María, Redentora de cautivos, nos libre del cautiverio de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, y nos conceda la gracia que le pedimos.

Avemaría... (x 3)