DÍA DÉCIMO OCTAVO
4º DÍA DE LA NOVENA
IMITEMOS AL MAESTRO
MES
en honor de
N. S. DE LAS MERCEDES
Padre Antonio Pastor Codesal, OP
ORACIONES PARA INICIAR
Y FINALIZAR CADA DÍA
Oración primera para todos los días
Por la señal…
ORACIÓN
Santísima Virgen María, el dulce y consolador título de Nuestra Señora de las Mercedes manifiestamente nos dice cómo es de compasivo vuestro Corazón y de poderoso vuestro auxilio. Pues echad sobre nosotros una mirada de compasión; ved nuestras almas con tantas cadenas de vicios y pecados; nuestra vida con tantas angustias y tribulaciones, sed Redentora de nuestras vidas y de nuestras almas, y; alcanzadnos la merced de vivir cristianamente, de morir santamente, de reinar gloriosamente en el cielo. Amén.
Se lee lo propio para cada día.
DÍA DÉCIMO OCTAVO
MEDITACIÓN
IMITEMOS AL MAESTRO
Consideremos el ejemplo del Divino Maestro que eligió una Madre humilde y pobre, y vivió en hogar donde el pan de cada día era amasado con el sudor de un humilde carpintero, que pasó cuarenta días de riguroso ayuno en el desierto, y que en la hora de su agonía, crucificado, diéronle a beber hiel con una justa y debida abstinencia. Pues el alma vence así más fácilmente las pasiones, y se prepara para recibir la gracia de Dios, y practicar las virtudes; y el cuerpo se ve libre de muchas enfermedades que tienen su origen en hartura y abundancia. Oh alma mía, imita en lo posible a estos altos ejemplos de sobriedad; Jesús y María, como han hecho los Santos. El gran apóstol Santo Domingo de Guzmán ayunaba de continuo, y no contento con esto, dábase todas las noches tres disciplinas hasta que la sangre llegaba a enrojecer la tierra.
Por la mortificación de la carne y sus concupiscencias debes prepararte a llevar a Cristo en tu cuerpo, y a ser templo vivo del Espíritu Santo (Cor. C III, 16), para merecer más tarde el premio de la gloria. Amén.
Tres Avemarías para que la Virgen María, Redentora de cautivos, nos libre del cautiverio de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, y nos conceda la gracia que le pedimos. Avemaría...
EJEMPLO
San Carlos Borromeo profesó siempre gran devoción a la Santísima Virgen María, a quien rezaba todos los días el Rosario y el oficio. En su catedral erigió capilla y cofradía del Rosario; mandó colocar en la puerta principal de todas las iglesias de su diócesis una imagen de María Santísima, para dar a entender al pueblo fiel que nadie entrará en el templo eterno de la gloria si no le abre María, que es la puerta del cielo. (Id. Ib. p. 406).
Oración final para todos los días
Santísima Virgen de las Mercedes, Madre queridísima y Reina soberana de mi corazón. Yo os consagro en este día todo mi ser y os pido mercedes para todas mis necesidades. Os consagro mi inteligencia para que Vos la iluminéis con la lumbre de fe viva; os consagro mi corazón para que Vos lo gobernéis con la dulce y segura fuerza de vuestro amor; mi cuerpo y mis sus sentidos para que para que Vos los guardéis de obras malas; os consagro mi vida, para Vos la conduzcáis por los caminos de Dios; que son los del cielo y la eterna dicha.
Y humildemente os pido mercedes para todas mis necesidades; la merced de vuestro poderoso auxilio contra los tres mortales enemigos del alma: mundo, demonio y carne; las pompas del mundo, las tentaciones del demonio, y las malas inclinaciones de la carne; y finalmente la perseverancia en la Divina Gracia para salvarme.
Quiero vivir y morir en la dulce y dichosa esclavitud de vuestro amor. No me abandonéis, oh mi amada Virgen de las Mercedes; guiadme en la vida, asistidme en la muerte y recibidme en la gloria. Amén.
Tres Avemarías para que la Virgen María, Redentora de cautivos, nos libre del cautiverio de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, y nos conceda la gracia que le pedimos.
Avemaría... (x 3)