sábado, 2 de agosto de 2025

EL ROSARIO DE HOY EN REPARACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA CON SAN PEDRO JULIÁN EYMARD


EL ROSARIO DE HOY EN REPARACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA CON SAN PEDRO JULIÁN EYMARD

 

Santo Rosario.

Por la señal... 

Monición inicial: Se hace hoy memoria de San Pedro Julián Eymard, presbítero, el cual fue primeramente sacerdote diocesano y después miembro de la Compañía de María. Adorador eximio del Misterio eucarístico, fundó nuevas congregaciones, una de clérigos y otra de mujeres, para fomentar y difundir la piedad hacia el Santísimo Sacramento. Murió en la aldea La Mure, cerca de Grenoble, en Francia, donde había nacido (1868). Con alguna de sus enseñanzas meditamos el rosario de hoy.

Señor mío Jesucristo... 

 

Santo Rosario.

Por la señal... 

Monición inicial:  Hoy, primer sábado de mes, ofrecemos este rosario en reparación al Corazón Inmaculado de María respondiendo así a su llamada en la ciudad de Pontevedra (ESPAÑA) a Sor Lucía, a quien la Virgen se apareció en Fátima: "Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación."

Ofrecemos el rosario como acto de reparación:

-por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María.

-por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora.

-por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.

-por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada.

-por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima.

 

*** PARA RECIBIR LA PROMESA DE LOS CINCOS PRIMEROS SÁBADOS ES NECESARIO, DURANTE CINCO MESES SEGUIDOS, EL PRIMER SÁBADO DE MES: 1) Rezar el rosario y meditar en sus misterios y 2) Confesar y comulgar con esta intención.***

 

Meditamos el rosario de hoy con  San Pedro Julián Eymard, presbítero, el cual fue primeramente sacerdote diocesano y después miembro de la Compañía de María. Adorador eximio del Misterio eucarístico, fundó nuevas congregaciones, una de clérigos y otra de mujeres, para fomentar y difundir la piedad hacia el Santísimo Sacramento. Murió en la aldea La Mure, cerca de Grenoble, en Francia, donde había nacido (1868)

 

 

 

MISTERIOS GOZOSOS

1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.

“El arcángel no sólo dijo a María: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti”, sino que añadió también: “y te cubrirá con su sombra”. ¿Qué quiere decir esto? –Dios es fuego que consume. Cuando viene a nosotros viene con su naturaleza, y si el Espíritu Santo no nos cubriera como con una nube, en un instante nos abrasaría. ¿Qué somos nosotros sino un poco de paja en medio de un gran fuego? El Espíritu Santo templa estos ardores divinos, no dejando traslucir sino justo lo necesario para calentarnos y vivificamos. Él mismo nos es necesario a nosotros, como lo fue, dice san Bernardo, a María, cuyo cuerpo virginal cubrió con su sombra al acercarse la divinidad: Ipse est qui Virgini obumbravit, ut et virgineo corpori temperaret Deitatis accessum..”

2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.

“Imitad en vuestra acción de gracias la humildad de santa Isabel cuando recibe a María llevando al Verbo encarnado; el estremecimiento de san Juan Bautista en presencia de su Señor, oculto, como él, en el claustro materno; la alegría y generosidad de Zaqueo al recibir la visita de Jesús; asociaos a la Iglesia y a la corte celestial, y para que vuestra acción de gracias sea continua y cada vez más fervorosa, haced lo que los bienaventurados en el cielo; contemplad la belleza y la bondad, siempre antigua y siempre nueva de este Dios escondido que en el altar continuamente muere y renace por nosotros.”

3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén

“Jesús es pobre en su nacimiento. Belén, paja, una piedra desnuda; he ahí la gloria de su pobreza. Jesús es pobre durante su vida; se viste como un obrero pobre, y participa de su comida, de sus desdenes y humillaciones. Jesús vivió, de limosna; murió en la cruz sin ni siquiera tener la propiedad de sus vestidos y careciendo hasta de lo necesario para que le enterraran. ¿Puede haber en la tierra uno tan pobre como Jesús? María y José participan de la pobreza de Jesús. Jesús era su única riqueza. Por consiguiente,

1.º Yo también debo estimar la pobreza divinizada por Jesús.

2.º Debo amar la pobreza que me enriquece con todos los tesoros de Jesús.

3.º Debo practicar el espíritu de pobreza por amor de Jesús.”

4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo

"Adorad a Jesús en la sagrada Eucaristía por el ofrecimiento total de vuestro espíritu, cuya verdad soberana es Él; de vuestro corazón, porque Él es su Dios; de vuestra voluntad, por cuanto ostenta Él su señorío; de vuestro cuerpo, ya que Él fue su Salvador; de toda vuestra vida, en plan de holocausto laudatorio y amoroso."

5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo

“Jesús ya no habla en voz alta, en medio del mundo, en las plazas públicas, ni siquiera en su templo, sino que su voz es muy baja completamente interior. Quiere que prestemos oído atento a su voz, y que, por consiguiente, en derredor suyo reine gran sosiego y silencio. La perfección del amor consiste más en escuchar que en hablar, más en contemplar que en trabajar activamente.”

 

MISTERIOS DOLOROSOS

1. La Oración de Jesús en el Huerto

“Orad en cuatro tiempos: Adoración, acción de gracias, reparación, súplicas”.

2. La flagelación de Jesús atado a la columna.

“Cuánta tristeza es para Jesús la de permanecer ignorado, abandonado, menospreciado en los sagrarios. Son pocos los cristianos que creen en su presencia real, muchos son los que lo olvidan, y todo porque Él se hizo demasiado pequeño, demasiado humilde, para ofrecernos el testimonio de su amor. Pedid perdón, haced descender la misericordia de Dios sobre el mundo por todos los crímenes...”

3. La coronación de espinas

“Nuestro Señor se dará a sí mismo. Él carece de fincas, posesiones o riquezas; ni siquiera tiene dónde reclinar la cabeza. Los que esperen de Él algún bien temporal se llevarán un chasco, pues todo su caudal se reduce a una cruz, tres clavos y una corona de espinas... ¡Ah, si Jesús distribuyese bienes materiales, cuántos se harían buenos cristianos! ¡Todos querrían entonces ser discípulos suyos! Pero Jesús no tiene nada que dar aquí en la tierra, ni siquiera gloria mundana, porque harto humillado va a quedar en su pasión.”

4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario

Concédenos que negándonos a nosotros mismos siempre y en todas las cosas, podamos encontrar luz y vida, en obedecer tu buena, aceptable y perfecta voluntad.  Haré lo que quieras, lo haré porque tú lo quieres, lo haré como tú lo quieres, lo haré siempre y cuando tú lo quieras.”

5. La crucifixión y muerte del Señor

“El santo Sacrificio de la Misa es la más sublime de las oraciones. Jesucristo se ofrece a su Padre, lo adora, le da gracias, lo honra y le suplica a favor de su Iglesia, de los hombres, sus hermanos y de los pobres pecadores. Esta augusta oración Jesús la continúa por su estado de víctima en la Eucaristía. Unámonos entonces a la oración de Nuestro Señor; oremos como Él por los cuatro fines del sacrificio de la Misa: esta oración reasume toda la religión y encierra los actos de todas las virtudes.”

 

MISTERIOS GLORIOSOS

1.-La Resurrección del Señor.

“La Magdalena no se contenta con ver a los ángeles y la tumba gloriosa de Jesús, sino que, como también los apóstoles, quiere ver a su Señor vivo. El ángel de la resurrección reprendió a las piadosas mujeres que quedaban en el sepulcro: “¿Por qué buscáis entre los muertos a quien está vivo? Id y anunciad su resurrección a sus discípulos” (Lc 24, 5; Mt 38, 7). Así, puede decirse también a las almas piadosas: ¿Por qué pretendéis quedaros en el establo de Belén, en la casa de Nazaret o en el Calvario? Jesús ya no está allí. No hizo más que pasar por ahí. Bien está que honréis su paso, bendigáis las virtudes en él practicadas por su amor; pero id más lejos, buscad a Él mismo. La falta de muchas personas piadosas consiste cabalmente en pararse demasiado en los misterios pasados sin llegar hasta donde está presente ahora Jesucristo. ¿Y dónde está Jesucristo para que con Él podamos vivir y morar? Pues está en el cielo para los bienaventurados y en el santísimo Sacramento para los viandantes.”

2.- La Ascensión del Señor

“Cuando Jesucristo subió al cielo el día de la ascensión, fue a tomar posesión de su gloria y a prepararnos en ella un lugar. Con Jesucristo la humanidad redimida entra en el cielo; sabemos que ya no tenemos cerrada la entrada y esperamos que llegue el día en que sus puertas se abran ante nosotros. Esa esperanza nos sostiene y anima. Bien mirado, esto debía bastarnos para llevar una vida cristiana y sufrir, para no perderla, todas las tristezas de la vida. Sin embargo, para conservar en nosotros y hacer más eficaz esta esperanza del cielo, para que pudiésemos esperar pacientemente el cielo de la gloria y para conducirnos a él, crió Jesucristo el hermoso cielo de la Eucaristía. Porque la Eucaristía es un hermoso cielo..., el comienzo de la gloria.”

3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María

“El Espíritu Santo nos hace adorar en espíritu y en verdad. Ora en nosotros y nosotros oramos a una con Él; es, por encima de todo, el maestro de la adoración. Él dio a los apóstoles la fuerza y el espíritu de la oración Spiritum gratiae et precum –derramaré un espíritu de gracia y de súplica (Zac 12, 10). Unámonos, pues, con Él. Desde Pentecostés se cierne sobre la Iglesia y habita en cada uno de nosotros para enseñarnos a orar, para formarnos según el dechado que es Jesucristo y hacernos en todo semejantes a Él, con objeto de que así podamos estar un día unidos con Él sin velos en la gloria.”

4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos

 “No vayáis al Cielo en busca de nuestro Señor, pues más cerca de vosotros está. Cierto que es bueno aspirar de vez en cuando a su trono glorioso y desear verle en su gloria; mas de un modo habitual es necesario tenerle más cerca. Donde debéis buscarle y hallarle es en el santísimo Sacramento. Porque de otro modo nuestro Señor os podría decir: ¿Por qué no hacéis más caso de mi presencia en la tierra? ¿Creéis acaso que no tiene importancia o que os podéis pasar sin ella? En el Cielo, soy Dios glorioso para los bienaventurados, y en el Sacramento Dios da gracia para los que militan. Inspiraos, por tanto, de su presencia eucarística en todo lo que hiciereis.”

5.- La Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.

Un buen servidor, como sepa lo que su señor prefiere, se anticipa a sus deseos y halaga su amor honrando lo que estima. Así también un buen adorador, como sabe que Jesucristo su señor ama con predilección la humildad y la mansedumbre de corazón, puesto que dice: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”; como sabe que ama con predilección las virtudes religiosas de pobreza, castidad y obediencia, abraza con ardor el estudio y la práctica de las virtudes cristianas, con ellas conforma su vida, hace de ellas como manto de honor, y así sirve a Jesús con las mismas virtudes que distinguen y coronan al divino Salvador, que es como si sirviera por Jesús mismo. Para pago de estos sacrificios no pide otra cosa que ser agradable a su Señor.”

 

*** Si se rezan los misterios luminosos:

MISTERIOS LUMINOSOS

1.-El Bautismo del Señor en el Jordán

“En el Jordán manifiesta el Bautista este doble sentimiento de alegría y de gratitud. Considerad, en primer lugar, la gracia que le concede nuestro Señor; porque la acción de gracias parte siempre de un beneficio recibido y descansa en la humildad. Pues bien Juan va a bautizar a nuestro Señor. Él no le había visto nunca. El Padre celestial le había dado una señal por la cual le reconocería: Jesús se presenta entre la multitud de pecadores que esperaban el bautismo de Juan y oían sus enérgicas exhortaciones a la penitencia; Jesús guarda turno entre las filas de publicanos y soldados... ¡El que era rey e hijo de Dios! ...; pero nada de privilegios ni excepciones. ¡Entended esto, oh adoradores, y no tengáis más protector que Jesucristo! San Juan se arroja a los pies de Jesucristo: ¡Cómo! ¿Vos venís a mí? Ego a te debeo baptizari, et tu venis ad me? (Mt 3, 14). ¡He aquí la humildad... la verdad! Los santos no se creen jamás perfectos. Juan en estas palabras no habla de su ministerio: Venis ad me, vienes a mí; y no dice vienes a mi bautismo. ¡Qué delicadeza! El hablar de su ministerio le hubiera erigido un pequeño trono, y ante Dios esto no conviene. Jesucristo le dice: “Cumple el mandato de mi Padre” (Mt 3, 15). Como hombre verdaderamente humilde, san Juan obedece y le bautiza.”

2.-El Milagro de las Bodas de Cana

“María fue siempre la primera adoradora de Jesús en todos sus misterios. Convenía, en efecto, que este corazón purísimo tuviese en todo la honra del primer homenaje rendido a Jesucristo y que recibiese la primera gracia para comunicárnosla. Fue ella la primera que adoró al Verbo encarnado en su seno virginal, y la que al nacer le ofreció el primer obsequio del amor y la primera confesión de fe. En las bodas de Caná ella adoró antes que nadie su poder y lo desató en favor de los hombres.”

3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.

“Debemos tener nuestros pecados constantemente ante los ojos para repararlos, pues la verdadera conversión no consiste en no hacer el mal, sino en repararlo. Purifiquémonos nosotros, que si no, nos purificará Dios en esta vida o en la otra. Como no lo hacemos nosotros, Él mismo pone muchas veces mano a la obra.”

4.-La Transfiguración del Señor

“En el Tabor, Jesús se transfigura mientras ora. Sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve y su rostro resplandeciente como el sol; no se podía sufrir tal esplendor. Jesús ostenta su gloria para dar a entender que su cuerpo, aunque tan flaco, al parecer, es el cuerpo de un Dios; esta transfiguración, por consiguiente, se verifica de dentro hacia fuera; Jesucristo dejó escapar al exterior un rayo de aquella gloria que ocultaba por un milagro perpetuo. Pero Jesús no vino a darnos lecciones de gloria. Por eso la visión del Tabor pasa prontamente y apenas dura un instante.

La transfiguración sacramental se hace de fuera hacia adentro, y mientras en el Tabor Jesús rasgó el velo que ocultaba su divinidad, aquí, por el contrario, comprime y aun oculta su propia humanidad; la transfigura en una apariencia de pan, hasta el punto que ni parece Dios, ni hombre, ni practica acto alguno exterior. Jesucristo se queda como sepultado y las especies sacramentales vienen a ser el sepulcro de su poder. Con la humildad vela su humanidad tan amable y tan bella; de tal manera se une a los accidentes que parece el sujeto de ellas: el pan y el vino se han convertido en el cuerpo y en la sangre del hijo de Dios. ¿Le veis en esta transfiguración de amor y de humildad?.”

5.- La institución de la Eucaristía

“La Eucaristía es el sacramento del amor, y la gracia que a raudales fluye de Él es una gracia de amor. El amor divino inspiró su institución; por eso, también el amor ha de animar la vida del adorador. El amor tan generoso que realizó esta maravilla del amor provoca el amor del hombre. Un amor inagotable la multiplica por todas partes y la perpetúa hasta el fin de los siglos, para ofrecer al amor del cristiano un alimento siempre nuevo y proporcionar a Jesús derechos siempre nuevos a nuestra gratitud.

Por consiguiente, ha de ser intenso el amor del siervo de la Eucaristía; nunca alcanzará la altura, la profundidad, la anchura y la largura del beneficio de la Eucaristía.

Debe ser tierno su amor, tierno como el Corazón de Jesús que se le entrega.

Sea puro: debe el adorador servir a su bondadoso Señor por Él mismo, por su gloria, por su beneplácito, como el hijo sirve a padres tiernamente amados, como un piadoso caballero sirve a su rey queridísimo, como los santos sirven al Dios del cielo.”

viernes, 1 de agosto de 2025

2. CORAZÓN DE MARÍA, MADRE DE DIOS. MES DEL INMACULADO CORAZÓN

DÍA SEGUNDO

Corazón de María, la Madre Dios

 

MES DE AGOSTO

CONSAGRADO

AL PURÍSIMO E INMACULLADO

CORAZÓN DE MARÍA

 

 

PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.

 

Por la señal... etc.

 

Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.

 

Se lee y medita lo propio de cada día del mes.

 

DÍA SEGUNDO

MEDITACIÓN

Corazón de María, la Madre Dios

El fundamento de las grandezas del Corazón de María es su divina maternidad. Por ésta la vemos unida con Jesucristo en los eternos decretos de la Providencia antes de todos los siglos. El primer objeto que la divina Sabiduría se propuso en la creación es Jesucristo, y con Él, de una manera inseparable, su Madre, la Virgen inmaculada, de la que el Hijo había de tomar carne. De ahí que la Iglesia le aplique lo que dicen las sagradas letras del Hijo de Dios o de la Sabiduría: que ha sido primogénita antes de toda criatura; que fue concebida antes que existiesen los abismos; que Dios la poseyó desde el principio de sus obras; que coopera a la formación de los cielos é influía como causa final en todas las obras de la creación, porque todo se hacía para su Hijo y para Ella. ¡Estupenda dignidad que levanta a María sobre todas las jerarquías angélicas, la coloca en un orden aparte, sobre todo lo criado, le comunica cierta infinidad y es origen de inefables excelencias! También el hombre a su manera puede imitar la divina maternidad de María; también el alma cristiana en cierto sentido puede ser madre de Jesús. Quien hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, éste es, dice Jesucristo, mi madre y mis hermanos. Quien con sus trabajos y desvelos logra que Cristo nazca en el corazón de su prójimo, en cierta manera viene a ser madre de Jesús; el que con su sangre y sudores hace que Cristo viva en pueblos que no le conocían, y con la luz de la fe y vida eucarística lo introduce en el corazón de los nuevos cristianos, espiritualmente es madre de Jesús e imita a la Santísima Virgen, que primero concibió a su Hijo en la mente y el corazón que en su seno virginal. Pero ¡ay! que, si esto es así, como lo es, el que con el pecado quita la vida de Jesús en su propia alma o en la ajena, éste no es madre, sino homicida, y homicida de un Hombre Dios. Vuelve a crucificar en sí mismo o en su prójimo al Hijo de Dios, como dice San Pablo.

 

¡Oh purísimo Corazón de María! ¡Qué horror debe causarme este monstruo del pecado! No permitas que en adelante cometa yo tan horrible maldad. No, no quiero escandalizar a mi prójimo ni ser la ruina de nadie, sino trabajar con todas mis fuerzas para robustecer la vida de Jesús en mí y en los demás, y hacer que nazca y viva siempre en todos.

 

 

PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.

 

ASPIRACIONES

¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.

¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.

¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.

¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.

¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.

¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.

¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.

¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.

¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.

Dulce Corazón de María, sed mi salvación.

 

ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA

 

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

Os adoro profundamente y Os ofrezco

el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma

y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,

presente en todos los sagrarios de la tierra,

en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias

con que Él mismo es ofendido

y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón

y del Corazón Inmaculado de María,

os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Bajo vuestra protección nos acogemos,

santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.

 

“Corazón Inmaculado de María,

rogad por nosotros.”

100 días de indulgencia cada vez, Pío IX

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.

A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.

A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).