domingo, 30 de junio de 2024

SANA CRISTO AL HIJO REGÚLO. LUNES DE LA SEXTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


SANA CRISTO AL HIJO REGÚLO.

LUNES DE LA SEXTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

LUNES DE LA SEXTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

SANA CRISTO AL HIJO REGÚLO.

 

1.- Este (el régulo) viendo que Jesús había venido, fuese a Él y le rogaba, que bajase y sanase a su hijo, porque empezaba a morirse (1). Acudimos a Cristo cuando nos oprime la adversidad; y Dios por eso las envía: luego se han de llevar con conformidad más suave. Cuál es el cuidado del padre por la salud corporal del hijo, tal ha de ser el tuyo por la de tu alma. ¿Por ventura no es más que el cuerpo el alma (2)? Es imperfecta la fe del régulo: sea la tuya más perfecta. Pide solamente: deja a su disposición lo demás. En la tentación no dilates el recurso hasta que empieces a morir; más anticípalo. Los remedios tardíos dan fuerzas al mal

2.- Díjole Jesús: Si no veis señales y prodigios, no creéis (3). Repréndele su poca fe, para disponerle a tenerla mayor y sanar su alma. Tal es la bondad de Cristo que quiere darnos más que le pedimos, con tal que no lo impidamos. Persevera pidiendo el régulo: Baja antes que muera (4). Pero yerra, juzgando que el auxilio del Señor puede ser tarde. Consuélale Jesús, diciéndole: Tu hijo está vivo (5). No son estas palabras anunciativas sólo, sino efectivas, que lo que decían, lo obraban. ¡Oh Señor! si a mí me dijérais: ¡Tu alma vive! El régulo creyó. A esto miraba Cristo con la dilación. Si dilata lo que le pides, sabe que es para tu bien.

3.- Y creyó él y toda su casa (6). Supo de los criados, que le salieron al encuentro, que había mejorado su hijo a la misma hora que Cristo le había dicho. Y creyó él. Llegó a su casa, viólo, contó que le había pasado con el Señor: Y creyó toda la familia. Cual es el dueño en una casa, tales son los siervos y domésticos. Cual es el entendimiento (padre de familia del alma) acerca de las verdades prácticas, tal es la voluntad, los apetitos, los afectos. Ha de ser, pues, apartado de los falsos principios del mundo y de la carne; ha de ser cultivado con los divinos. No has de procurar saber, no siendo para obrar.

 

(1) Joan., 4. (2)Matth.,6. (3) Joan., 4. (4) Ibid. (5) Ibid. (6) Ibid.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***