martes, 14 de marzo de 2023

26ª VISITA EN HONOR DE LA MORTIFICACIÓN DE SAN JOSÉ

26ª VISITA

EN HONOR DE LA MORTIFICACIÓN

DE SAN JOSÉ

 

ORACIÓN PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS

 

Visita diaria a san José,

compuesta por San José Manyanet,

apóstol de la Sagrada Familia

 

Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, (breve silencio)

pidiendo el auxilio de la Virgen María (breve silencio)

y del Ángel Custodio, (breve silencio)

acudamos a la presencia del Glorioso San José y supliquemos:

 

INVOCACIONES A SAN JOSE

San José, nos acercamos a ti con confianza, eres nuestro padre y a ti nos consagramos para que nos enseñes a amar a Jesús y a María y agradar a Dios en todas las cosas. Al igual que santa Teresa, te tenemos por modelo de vida interior, para que seas nuestro “maestro” en el conocimiento de Dios “y no erremos en el camino” de llegar a él.

Glorioso Patriarca san José, sé nuestro maestro y enséñanos el camino de la oración.

Te pedimos que contigo adoremos a la Santísima Trinidad, y ahora y en la eternidad digamos:

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio ahora y siempre

por los siglos de los siglos. Amén.

 

San José, nos acercamos a ti guiados por el ejemplo de santa Teresa de Jesús que experimentó como la socorriste en “todas las necesidades”. Con confianza filial acudimos a tu intercesión porque “quiere el Señor darnos a entender que así como él te fue sujeto en la tierra, así en el Cielo hace cuánto le pides.”

Glorioso Patriarca san José, líbranos de los peligros, así de cuerpo como del alma.

Te pedimos que contigo adoremos a la  Santísima Trinidad, y ahora y en la eternidad digamos:

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio ahora y siempre

por los siglos de los siglos. Amén.

 

San José, nos acercamos a ti con deseo de teneros “verdadera devoción”, prestándoos “particulares servicios” de amor y veneración,  “pues ayudas mucho a las almas que a ti se encomiendan”.

Glorioso Patriarca san José, haznos más aprovechados en la virtud.

Te pedimos que contigo adoremos a la Santísima Trinidad, y ahora y en la eternidad digamos:

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio ahora y siempre

por los siglos de los siglos. Amén.

 

26ª VISITA

EN HONOR DE LA MORTIFICACIÓN

DE SAN JOSÉ

 

La mortificación consisten en negarse a uno mismo determinadas cosas, de suyo lícitas, con el fin de identificarse con Cristo en sus sufrimientos; desagraviar por los propios pecados y por los de todos los hombres; y como ascesis personal para fortalecer la voluntad y poder vencer la tentación, auxiliado con la gracia divina.  En lenguaje de San Pablo, la mortificación es el paso de del hombre viejo al hombre nuevo, a imagen de Cristo. “Si vivís según la carne, moriréis; si con el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis.”

 

San José, el más dichoso y favorecido hijo de David, padre adoptivo de Jesús y digno esposo de María, jefe de la casa de Nazareth y señor de toda su herencia, amado Patrón mío; confiadamente a Vos me llego, que sois todo bondad y ternura, para que os dignéis interceder con vuestro Jesús, mi Dios, y con María, mi dulce madre, a fin de que acepten benignamente mis visitas y despachen favorablemente mis súplicas;  y Vos, Padre mío, aunque fuisteis pobre y como tal privado ya de todo regalo y comodidad corporal, no obstante amasteis tanto la mortificación del gusto, que cumplíais con la suma perfección no sólo los preceptos sí que también los consejos que sobre esta excelente virtud, que tanto levanta a los hombres a las cosas del cielo, debía enseñar vuestro Jesús, predicar los Apóstoles y practicar todos los que quieran salvarse; os pido me alcancéis gracia de que refrenando yo mis inclinaciones a la holganza y apetitos de gula, me esfuerce en mortificar el gusto en alguna cosa todos los días para así honrar vuestra pobreza y hacerme digno de las caricias y regalos de Jesús y María. Amén.

 

Jaculatoria para este día.—Padre mío, San José, haced que sea sobrio en el comer, beber y dormir, para que el demonio no me haga sucumbir.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS

 

Pida cada uno la gracia que desea alcanzar por la intercesión de san José. (breve silencio)

 

Oh castísimo esposo de María, glorioso San José, acordaos de vuestra dignidad y del poder que os ha dado el Padre celestial para favorecer a todos los que de veras os invocan y despachar favorablemente todas sus peticiones. Bien sé que así lo hacéis, Padre mío, y me consta que nunca se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Vos haya quedado sin consuelo. Así, pues, animado con esta confianza y sin temor de que sea yo el único que no experimentase vuestro patrocinio, postrado a vuestra presencia, me recomiendo a vuestra bondad, y os suplico os dignéis acogerlas favorablemente, y me socorráis ahora en vida y me recibáis en la hora de mi muerte. Amén.

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.