sábado, 22 de febrero de 2025

23 de febrero. EL LAVATORIO DE LOS PIES

23 de febrero

EL LAVATORIO DE LOS PIES.

 

MEDITACIONES

DE LA OBRA

“VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO”

DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

23 de febrero

EL LAVATORIO DE LOS PIES.

1. Sabiendo que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos, levantóse de la cena, y empezó a lavar los pies (1) ¿Qué conexión es esta? Sabe que todo estaba puesto en sus manos, ¿y empezó a lavar los pies? Para que entiendas cuanta sea la humildad, entiende cuanta sea la majestad del que se humilla ¿Puedes imaginarla por ventura mayor? Pondera tu vileza, y con todo rehúsas ser humillado. Todas las cosas fueron puestas en sus manos: pero tú algo le quitas, porque no le das tus pies, esto es, tus afectos ¿Por dónde vaguean? ¿Acaso no andan tras las huellas de los rebaños o de las criaturas? Recógelos; ponlos en sus manos, para que los lave del polvo y suciedades que se les pegan de las criaturas, y con su mano los limpie.

2.  Levántase de la cena, deja sus vestidos, toma una toalla, previene agua, lava, limpia (2). Todo lo hace solo ¿Por qué no admite alguno de los Discípulos para que le ayude? Para cosas honrosas, para la filiación de Dios, para la herencia del reino, para la potestad de absolver y lanzar demonios, admitió compañeros: para la humillación previno a todos, que ni podían pensar tal. Así obran los verdaderos humildes. No eres humilde así, si no te adelantas en prevenir a todos en los ministerios más abyectos. Pero tú acaso ni aún te fatigas por seguir a otros en ellos, sino perezoso te los estás mirando. Créeme, que algún día los estarás viendo de lejos, cuando delante de ti vayan al premio, y te dolerás ya tarde.

 

3. Llegó, pues, a Simón Pedro, etc. (3). Reconoce por una parte Pedro su vileza, por otra parte, la majestad de Dios. Pásmate: Señor, ¿tú me lavas a mí los pies? Pondera cada palabra de por sí, Señor de todas las cosas y mío. Tú, en quien está el poderío y el imperio. A mí, siervo y pecador vilísimo, etc. Pásmate, pues, de que tantas veces haga Jesús lo mismo contigo; tantas veces te bañe, no con agua, sino con su sangre, o con la gracia por los méritos de esta sangre misma. Mas tienes tanta necesidad de ésta; que, si no te lavare, no tendrás parte con Él. Di pues con Pedro: Señor, no solo los pies de los afectos, sino la cabeza de mis pensamientos, y las manos de mis obras, para que sean lavadas, y todas limpias en vuestro acatamiento.

 

(1) y (2) Joan., 13 (3) Ibid.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración… Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.