lunes, 10 de febrero de 2025

11 de febrero. DECRETO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD DE QUE MUERA CRISTO

11 de febrero

DECRETO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD DE QUE MUERA CRISTO

 

MEDITACIONES

DE LA OBRA

“VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO”

DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

11 de febrero

DECRETO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD DE QUE MUERA CRISTO

1. ¿Qué hacemos (18)? Considera que te hayas presente en el consejo de la Santísima Trinidad, que consulta si se ha de dejar perder al hombre, como lo tenía merecido, o si había de ser redimido con la muerte de un hombre que fuese Dios. Imagina que sale de allí la divina justicia ponderando la enormidad del delito. 1. Porque el hombre tuvo a Dios en nada, traspasando su precepto. 2. Porque el precepto era fácil de observar. 3. Porque esto lo hizo de pura malicia, estando tan iluminado, fortalecido con gracia, y sin revelación de pasiones. 4. Porque no se movió con el rigor de la pena impuesta, si le traspasaba, ni con el ejemplo de los ángeles. De lo cual saca que no merece misericordia sino justicia. Conoce por aquí la gravedad del pecado. Detéstalo. Teme la justicia.

2. Imagina que se presenta la misericordia, que aprueba lo que alegó la justicia; más que entra excusando al hombre por ser frágil, compuesto de barro, tentado del demonio, y esto en desprecio y odio de Dios. Que aboga para que no se pierda, porque así todo el género humano había de quedar perdido. Que no así se habían perdido los ángeles todos. Que quedaría triunfante el demonio, si todo hombre era condenado. Que Dios se alzaría sólo con el nombre de rígido, y no de misericordioso, cuando hasta entonces no había tenido lugar ni uso la misericordia, ni le había de tener después. Que convenía, en fin, que la divina bondad se aplacase. Reconócete y pórtate como necesitado de esta misericordia. Invócala, alábala. Da gracias por la que contigo ha usado. Espérala mayor en adelante.

3. Conviene que muera un hombre para que no perezca toda la gente (19). Considera que esto es lo que resuelve la Santísima Trinidad, que siempre se inclina más a la misericordia que a la justicia. Pues a la verdad, el ser justiciero lo tiene de nuestra malicia; más el ser misericordioso lo tiene de su bondad ¡Oh cuanto conviene para manifestar la gloria de Dios y para la salud de los hombres! Conoce, adora, alaba, teme ofender esta bondad; espera en ella. Pero, ¡cual será para con ella tu obligación! ¡Cuánto la debes amar! ¡Cuánto la debes servir!

 

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración… Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.