22 de febrero
LA CENA PASCUAL.
MEDITACIONES
DE LA OBRA
“VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO”
DEL P. NICOLÁS AVANCINI
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
22 de febrero
LA CENA PASCUAL.
1. Id a la ciudad de tal hombre y decidle: Quiero en tu casa celebrar la Pascua (1). El pobrísimo Jesús, ni aun para celebrar la Pascua tiene comodidad suya propia ¿Quieres tú, por ventura, tener toda comodidad, no solo para las cosas espirituales, más aún para las temporales también? A aquel padre de familia solo le insinúa su gusto: Quiero en tu casa celebrar la Pascua; y él luego al punto le admite, y anda fervoroso en su obsequio ¿Te basta a ti, por ventura, entender solo el gusto de Dios, de tus mayores, de las reglas, de los preceptos? ¿Asientes acaso al punto? ¿Es necesario, tal vez, obligarte a ello con castigos aun serviles? Así pierdes el precio de la obra.
2. Con deseo he deseado comer esta Pascua con vosotros (2) ¿Esta Pascua? ¿Está que es la última de su vida? ¿A la que se seguirá después una acerba pasión y muerte infame? Por eso sin duda, porque sabía que después de ella había de seguirse aquella muerte, a que por tu amor aspiraba siempre. Cuanto más vecino está a la pasión, tanto muestra mayor gozo. Si crees amar a Cristo, y rehúsas padecer, te engañas a ti mismo. La prueba del amor es el padecer, en especial si es con alegría y con deseo antecedente ¡Oh, que delicado eres tú! No corresponderás a los deseos de Cristo, si no los concibes semejantes.
3. Considera como Cristo observo aquí todas las ceremonias de la Ley, y contemplaba lo que estaban significando. En el Cordero muerto, desollado, asado, se miraba a sí mismo, como había de ser muerto, desollado a azotes, y consumido con el fuego del amor. En ser partido, sin quebrantarle los huesos; que Él había de ser deshecho a penas, más, que sus huesos habían de quedar enteros. En la apresuración de los que comían, el apresurado furor de sus enemigos. En las lechugas agrestes, la amargura de su hiel. En el báculo que tenía en las manos, su cruz. Piensa cuales serían los afectos del Señor, que a todo esto se ofrecía, y resuelve tenerlos semejantes.
(1) Matth., 26. (2) Luc., 22.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración… Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
***
Ave María Purísima, sin pecado concebida.