sábado, 1 de febrero de 2025

2 de febrero. PARA LA FIESTA DE LA PURIFICACIÓN DE NUESTRA SEÑORA. P. Avancini

2 Febrero

PARA LA FIESTA DE LA PURIFICACIÓN  DE NUESTRA SEÑORA.

 

MEDITACIONES

DE LA OBRA

“VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO”

DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

2 Febrero

PARA LA FIESTA DE LA PURIFICACIÓN  DE NUESTRA SEÑORA.

PUNTO I. Mira lo primero con los ojos de la consideración a la beatísima Virgen que subió de Belén a Jerusalén, y entró en el templo de Salomón en compañía del glorioso san José, su meritísimo Esposo, con su preciosísimo Hijo en los brazos a ofrecerle al eterno Padre por la redención del mundo. Contempla la modestia y compostura exterior con que iba, la cual era tal, que compondría a todos cuantos la miraban, la gravedad de sus pasos, la moderación de sus acciones, la humildad , que resplandecía en sus ojos, el silencio de su boca y la honestidad de su rostro; y luego entra en lo íntimo de su corazón, y contempla el amor divino que ardía en su pecho, la devoción para con Dios, y la Caridad para con los hombres, por quien ofrece aquel Cordero inmaculado que quita los pecados del mundo; y mira también como se rasgaron los cielos, y se pararon todos los cortesanos a ver aquella purísima Señora venir al templo con aquella joya en los brazos que no tiene .comparación en todo lo criado; mira los ángeles que bajarían a acompañarla, la fiesta con que la recibieron en el templo, el gozo de la santísima Virgen y del glorioso san José, y no los dejes ir solos; acompáñalos, y sírvelos, y gózate de su gozo, y pídeles que te permitan ir en su compañía, aunque no lo mereces por tus pecados.

PUNTO II. Considera como siendo la Virgen tan pura, se fue a purificar al templo, para predicar con su ejemplo al mundo la pureza de alma y cuerpo; mira el ejemplo que te da en tantas y tan heroicas virtudes como en esta acción ejercita, y si tú predicas con el de tu vida, o escandalizas con ella; da una vista al decurso de los años pasados, y mira a cuantos has escandalizado con tu mal ejemplo, y los has hecho caer en vicios y pecados, que por ventura están hoy algunos en el infierno por ti; advierte la cuenta que Dios te ha de pedir de ellos, y ruega al Señor que te de gracia para enmendar estos yerros en lo porvenir y a la beatísima Virgen que te la alcance para edificar a todos con el ejemplo de tu vida.

PUNTO III. Considera la humildad de la santísima Virgen, que resplandece en esta acción, pues siendo la misma pureza, fue al templo a purificarse, confesándose por manchada, despreciando todos los pundonores humanos, y el aprecio y juicio de los hombres, para que tú sepas despreciarlos, y estimar solamente el aprecio y juicio de Dios, que es el verdadero y digno de estima; lo segundo considera su obediencia, pues estando exenta de la ley, se sujetó de su voluntad a ella, como dice el venerable Beda, para quitar el escándalo y la murmuración de los hombres; aprende tú a sujetarte a la ley divina, que por tantos títulos te obliga, cumpliendo sus preceptos puntualísimamente, y excusando las murmuraciones de los hombres, cuanto en ti fuere, aunque tu conciencia no te reprenda; considera lo tercero, como quiso seguir en todo y por todo las pisadas de su santísimo Hijo y no admitir exención ni singularidad alguna, como Él no la admitió; toma esta imagen en la mano, y haz una copia en tu alma de sus virtudes; mira si tienes las referidas, y las demás que te enseña, y pídele que juntamente con la enseñanza te alcance gracia para cumplirlas.

PUNTO IV. Considera lo que dice san Bernardo, que siendo la misma pureza, vino la beatísima Virgen a purificarse al templo, para enseñar a los hombres, por buenos que sean, a purificarse más y más cada día, cumpliendo lo que dice Dios por san Juan en su Apocalipsis (1), que el justo se justifique más, y el santo se santifique más; esto es, crezca y se aumente en virtud y santidad; toma estas palabras como dichas a ti mismo, y a ejemplo de la Reina de los ángeles, pues te hallas tan manchado con las máculas de tus pecados, hazle hoy este servicio, y toma muy a pechos la purificación de tu alma; límpiala de la escoria de los vicios y de cualquiera nota de imperfección que haya en ella, y trabaja con todas tus fuerzas en adquirir las virtudes, y caminar con aliento a la perfección, subiendo de claridad en claridad al monte de la santidad; lo cual conseguirás siguiendo sus pisadas e imitando sus virtudes.

 

(1) Cap. 22.

 

 

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración… Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.