Santo Rosario.
Por la señal…
Monición inicial: Meditamos el rosario de hoy con San Antonio
María Claret, el obispo del Corazón Inmaculado de María.
Señor
mío Jesucristo…
MISTERIOS DE
GOZO
1.- La encarnación del Hijo de Dios
en las entrañas purísimas de la Virgen María.
Mira, alma
cristiana, qué humildad tan grande te enseña el Señor: siendo Dios se hace
hombre, carga con todas las miserias humanas, se sujeta a todas las
penalidades. Vistió con humildad, nunca con lujo; comió humildemente; huyó los
honores; nunca se alabó; todas las alabanzas las dirigía a su Padre celestial.
Aprende de Jesús a ser manso y humilde de corazón... Haz como la Santísima
Virgen, que no obstante de ser sublimada a la dignidad casi infinita de Madre
de Dios, se llama y se tiene por esclava, y es la que mejor ha imitado la
humildad y mansedumbre de Jesús.
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa
Isabel.
Alma
cristiana, imita a María en las visitas que hagas, no murmures ni pierdas en ellas
el tiempo; edifica con el buen ejemplo, y ejercer la caridad con los padres e
hijos de la casa. Si los que visitas son pobres, socórrelos con lo que puedas;
y en lo que no alcances, súplelo con las buenas palabras, consejos y oraciones,
pues que no sólo de pan vive el hombre... Y debes saber que todo el bien que
hagas a tus prójimos, el Señor en el día del juicio te lo elogiará y te lo
premiará como si lo hubieras hecho a Él mismo.
3.-El nacimiento del Niño Dios en el
portal de Belén
Contempla,
alma cristiana, al pobreza de Jesús; siendo riquísimo, y dueño del cielo y de
la tierra, se priva de todo, y para que aun le falten las pequeñas comodidades
que podría haber tenido en la casa de Nazaret, quiere nacer en Belén... Es
preciso que nazca en una cueva desabrigada y falta de todo alivio, en una noche
de invierno, sin lumbre ni abrigo alguno. Aprende de la Sagrada Familia a no
quejarte cuando te veas despreciado; no te desconsueles cuando te veas sin
recurso de ninguna especie... Piensa que así se halló Jesús; dale gracias
porque te hace participante de sus penas, esperando que un día serás compañera
de sus glorias. Si posees riquezas, no tengas pegado a ellas tu corazón:
socorre con ellas a los pobrecitos, ya que por esto el Señor te las ha
confiado.
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del
Niño Jesús en el templo
Para
enseñarnos la obediencia a las santas leyes de la Religión se sujetan a
ellas el Hijo y la Madre Virgen. Alma cristiana, aprende de Jesús y
de María a obedecer las santas disposiciones y leyes de la Iglesia; guarda sus
mandamientos, oye misa, confiesa, comulga... Jesucristo y María, pudiéndose
excusar de aquellas leyes antiguas, no se excusan, las cumplen
puntualmente, y tú buscas excusas en donde no las hay, dejándote engañar por la
pereza, por la soberbia, por los respetos humanos y por la irreligión.
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
Sin culpa la
Virgen y San José perdieron a Jesús; al instante le buscaron, y no reposaron
hasta que le hallaron. Alma cristiana, aprende de María y de José la diligencia
que has de tener en buscar a Jesús cuando le hayas perdido por el pecado...
¡Oh, si supieras que el perder la gracia de Jesús es mayor pérdida que si
perdieras todas las riquezas del mundo! ¡Ah, si reflexionaras que además has
perdido las riquezas del cielo, y te has hecho merecedor del infierno! ¡Ah,
cómo llorarías, cómo buscarías a Jesús con la solicitud de José y de María!...
Tú también lo hallarás en el templo; sí, en el templo lo hallarás, recibiendo
bien los santos sacramentos de penitencia y comunión.