NUEVA EVANGELIZACIÓN Y
NUEVA ESCUCHA
Nuestro tiempo ha de ser cada día más el de una nueva
escucha de la Palabra de Dios y de una nueva evangelización: continuar
la missio ad gentes y emprender con todas las fuerzas la nueva
evangelización, sobre todo en aquellas naciones donde el Evangelio se ha olvidado
o padece la indiferencia de cierta mayoría a causa de una difundida
secularización. Que el Espíritu Santo despierte en los hombres hambre y sed de
la Palabra de Dios y suscite entusiastas anunciadores y testigos del Evangelio.
A imitación del gran Apóstol de los Gentiles, que fue
transformado después de haber oído la voz del Señor (cf. Hch 9,1-30),
escuchemos también nosotros la divina Palabra, que siempre nos interpela
personalmente aquí y ahora.
Cfr. Verbum Domini, 123