Santo Rosario.
Por la
señal...
Monición
inicial: San Juan
Clímaco vivió en el siglo VII y fue abad del monasterio de Santa Catalina en el
Monte Sinaí. Dejó escrito "La Escala Espiritual" donde señala los peldaños del camino o subida
hacia Dios a semejanza de la bíblica escala de Jacob.
“Oíd atentamente todas mis palabras, e inclinad vuestros oídos los que
deseáis por verdadera conversión volver a Dios.” En este tiempo
de cuaresma, al meditar el rosario con sus palabras, pedimos a la Virgen
Santísima la gracia de nuestra conversión.
Señor mío Jesucristo...
MISTERIOS
GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
“Resucita del amor del mundo y de los placeres,
sepárate de las preocupaciones, despoja tu pensamiento, renuncia a tu cuerpo;
la oración no es otra cosa que el olvido del mundo visible e invisible.
"¿Quién hay para mí en el cielo? Estando contigo no hallo gusto ya en la
tierra" (Sal 72:5). No deseo otra cosa que unirme continuamente a ti en
una oración sin distracción. Unos desean la riqueza, otros, la gloria, y otros,
grandes bienes, pero mi bien es estar junto a Dios; he puesto en el Señor la
esperanza de la impasibilidad de mi alma (cf. Sal 72:8).”
2.- La Ascensión del Señor
“Quien tiene los pies encadenados no puede caminar;
aquellos que acumulan bienes, no pueden ascender al cielo.”
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre
los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“Si el Espíritu Santo es llamado la paz del alma, y
la ira es su perturbación, con razón también se dirá que una de las cosas que
más cierran la puerta al Espíritu Santo, y que más rápidamente le hacen huir
después de venido, es esta pasión.”
“El que ya sintió el ardor del fuego del Espíritu
Santo, huye del trato de los hombres mundanos como la abeja del humo, pues como
el humo daña a los insectos, asila compañía de los hombres es perjudicial al
recogimiento. El agua de un río no corre derecho si no tiene un cauce por donde
hacerlo ni riberas que lo detengan. Pocos hombres pueden sofrenar su lengua y
afrontar a tan peligroso enemigo.”
4.- La Asunción de María Santísima a los
Cielos
“Aquel que en verdad ama al Señor, que en verdad
desea gozar del Reino de los cielos, que en verdad se duele de sus pecados, que
en verdad está herido con la memoria de las penas del infierno y del juicio
eterno, que en verdad está animado por el temor de su propia muerte, a ninguna
cosa de este mundo amará desordenadamente: no se fatigará con los cuidados del
dinero ni la hacienda, ni de los padres, ni de los hermanos, ni de cosa alguna
mortal y terrena. Mas, habiendo rechazado toda atadura y aborrecido todos los
cuidados concernientes a esas cosas, y más todavía a su propia carne, desnudo y
ligero seguirá a Cristo elevando siempre sus ojos al cielo en espera del
socorro según las palabras del Profeta: "Yo no me turbé siguiéndote a ti,
pastor mío; nunca deseé el día ni el reposo del hombre.”
5.- La Coronación De La Virgen Como
Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“Ninguno entrará a la celeste cámara nupcial para
recibir la corona que recibieron los grandes santos, a no ser aquel que hubiera
cumplido con la primera, con la segunda y con la tercera renunciación, a saber:
en la primera ha de renunciar a todas las cosas que están fuera de él, como son
los padres, los parientes, los amigos y todo lo demás; en la segunda ha de
renunciar a su propia voluntad; en la tercera, por fin, ha de renunciar a la
vanagloria que algunas veces suele acompañar a la obediencia, porque a este
vicio están más sujetos los que viven en compañía que los que moran en soledad.”