SAGRADA ESCRITURA,
INSPIRACIÓN Y VERDAD
Así como el Verbo de Dios se hizo carne por obra del
Espíritu Santo en el seno de la Virgen María, así también la Sagrada Escritura
nace del seno de la Iglesia por obra del mismo Espíritu. La Sagrada Escritura
es «la Palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo». De
ese modo, se reconoce toda la importancia del autor humano, que ha escrito los
textos inspirados y, al mismo tiempo, a Dios como el verdadero autor.
Cuando se debilita nuestra atención a la inspiración,
se corre el riesgo de leer la Escritura más como un objeto de curiosidad
histórica que como obra del Espíritu Santo, en la cual podemos escuchar la voz
misma del Señor y conocer su presencia en la historia.
La profundización en el proceso de la inspiración
llevará también sin duda a una mayor comprensión de la verdad contenida en los
libros sagrados. Los libros inspirados enseñan la verdad: «Como todo lo que
afirman los hagiógrafos, o autores inspirados, lo afirma el Espíritu Santo, se
sigue que los libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin error la
verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra.
Cfr.
Verbum Domini 19